110 Andalucía. (óleo)
CORTEJO DE SANGRE XVI LA mano <strong>de</strong>scarnada <strong>de</strong> la Guerra ha atronado a aldabonazos el viejo portón <strong>de</strong> Europa, y el militarismo, con sus colmillos <strong>de</strong> acero, ha respondido. Bellatrix, la estrella <strong>de</strong> color <strong>de</strong> sangre, brilla en las noches siniestras <strong>de</strong> Europa, por cuyos campos va el militarismo como una hiena herida, <strong>de</strong>jando su reguero <strong>de</strong> sangre. ¡La vieja civilización tenía que liquidar sus cuentas! En esta época, <strong>Gustavo</strong> <strong>de</strong> <strong>Maeztu</strong>, agitado siempre por su inquietud, <strong>de</strong>ci<strong>de</strong> trasladarse a Londres, don<strong>de</strong> luego vive, iniciándose su tercera época. En ella, los grises armonizan otros asuntos <strong>de</strong> ten<strong>de</strong>ncia más <strong>de</strong>ca<strong>de</strong>nte y <strong>de</strong> factura mundana. ¿Será el crepúsculo <strong>de</strong> su Arte? ¿Será la vejez prematura? La guerra transcurría ensangrentando el corazón <strong>de</strong> Europa, mientras en Rusia, el sucio Rasputín, en un prólogo <strong>de</strong> lujuria, <strong>de</strong>scorría las cortinas <strong>de</strong> la Gran Tragedia. Como un sátiro alocado, cae el barbudo fraile sobre las carnes blancas <strong>de</strong> las princesas, y su boca, ansiosa <strong>de</strong> placer, muer<strong>de</strong> las nucas femeninas. Su aliento sofocante <strong>de</strong> macho cabrío empaña los espejos <strong>de</strong> los boudoirs íntimos <strong>de</strong> las damas <strong>de</strong> la Corte, hasta que las pistolas <strong>de</strong> unos ca<strong>de</strong>tes, <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> arrastrarlo <strong>de</strong> las barbas, por los suelos alfombrados, incrustan en el cráneo <strong>de</strong>l fraile sus plomos. A las pocas horas, el cadáver <strong>de</strong>l sucio Rasputín se balanceaba sobre las aguas <strong>de</strong>l río. Y Rasputín inicia el cortejo <strong>de</strong> espectros ensangrentados que caminan hacia el Bosque <strong>de</strong> la Muerte. Nicolás Romanow-Holstein cae acribillado por las balas <strong>de</strong> la Guardia Roja en el mismo calabozo, y así <strong>de</strong>sfilan ensangrentados la real familia y otros aristócratas, ante los ojos atónitos <strong>de</strong>l mundo entero. Otro día al amanecer, cuando Bellatrix se esfuma en el infinito, otra mancha roja, la ban<strong>de</strong>ra revolucionaria, levantan los marinos <strong>de</strong> Kiel. Guillermo huye como una mujer, sin que una pistola le corte el paso, y las muchedumbres hambrientas rebasan las calles <strong>de</strong> Alemania. En Colonia, las muchedumbres alocadas encuentran a su paso la estatua <strong>de</strong> Guillermo. Del pueblo surge el genio humorista, un zapatero barrigudo y colorado que en mangas <strong>de</strong> camisa se encarama, le coloca un sombrero viejo <strong>de</strong> copa, un paraguas en sus manos y al pie <strong>de</strong>l pe<strong>de</strong>stal pone: «¡Buen viaje!» La muchedumbre estalla <strong>de</strong> risa. GUSTAVO DE MAEZTU por Estanislao M.ª <strong>de</strong> Aguirre 111