Descargar PDF - Museo Gustavo de Maeztu
Descargar PDF - Museo Gustavo de Maeztu
Descargar PDF - Museo Gustavo de Maeztu
Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
III<br />
UNA CIUDAD POCO COMPLICADA<br />
CUENTA Baroja, que el convencional Garat nació en Bayona, pero <strong>de</strong>cía siempre<br />
que era <strong>de</strong> Ustariz. A <strong>Gustavo</strong> <strong>de</strong> <strong>Maeztu</strong> <strong>de</strong>be ocurrirle algo parecido. Siempre<br />
habla <strong>de</strong> Marañón, como queriendo ocultar un pasado vergonzoso. Aunque la vida<br />
es tan burlona, que no sé a quién diablos le ha dado por <strong>de</strong>cir que el Destino le <strong>de</strong>paró<br />
a Vitoria como su cuna y para más burla en la calle <strong>de</strong> Don Eduardo Dato.<br />
Para un hombre cualquiera, esto sería algo <strong>de</strong>presivo digno <strong>de</strong> ocultarse; pero para<br />
un hombre <strong>de</strong> acción, para un espíritu fuerte, esto es lo suficiente para <strong>de</strong>slucir toda<br />
una biografía.<br />
Yo, francamente, por Vitoria no siento gran admiración. Bien es verdad, que apenas<br />
conozco aquella ciudad rociada <strong>de</strong> rancho y <strong>de</strong> agua bendita, y por esto haya formado<br />
<strong>de</strong> ella un juicio equivocado. Quizás cuando se subleve algún regimiento o el obispo<br />
agarre una borrachera episcopalmente escandalosa, cambie <strong>de</strong> criterio; pero, hoy<br />
por hoy, mi admiración es muy poca.<br />
En Vitoria he estado dos veces. Una, no recuerdo con qué motivo, aunque sí recuerdo<br />
dos <strong>de</strong>talles, quizás para las gentes, insignificantes, pero que muy bien podrían<br />
dar el matiz <strong>de</strong> una población poco complicada. Paseaba aquella tar<strong>de</strong> inacabable,<br />
curioseando los rincones <strong>de</strong> la episcopada ciudad, cuando un gato que pasaba <strong>de</strong> un<br />
lado al otro <strong>de</strong> la calle, se me quedaba mirando sin apresurar el paso, con cierta insistencia<br />
impertinente. ¿A qué habrá venido este hombre a Vitoria? -pensaría.<br />
Por este <strong>de</strong>talle que me <strong>de</strong>jó algo preocupado <strong>de</strong>duje: Aquí necesariamente, <strong>de</strong>be<br />
<strong>de</strong> haber hombres con barba. Efectivamente, la comprobación tenía a mi lado, cuando<br />
se me ocurrió entrar en un café, don<strong>de</strong> un hombre <strong>de</strong> barba rubia y partida, con<br />
un palillo entre los dientes, hacía gran<strong>de</strong>s elogios <strong>de</strong> Ricardo León.<br />
Estudio. (dibujo)<br />
GUSTAVO DE MAEZTU por Estanislao M.ª <strong>de</strong> Aguirre 19