08.05.2013 Views

Descargar PDF - Museo Gustavo de Maeztu

Descargar PDF - Museo Gustavo de Maeztu

Descargar PDF - Museo Gustavo de Maeztu

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

sí mismo», como le dijo un día en secreto a un revolucionario <strong>de</strong> la Junta directiva <strong>de</strong>l<br />

Casino, «Sección, Bailes y Kermeses».<br />

Tomás Meabe, siempre trashumante, continuaba <strong>de</strong>sterrado <strong>de</strong> España en Saint Jean<br />

<strong>de</strong> Pied <strong>de</strong> Port y esta circunstancia le llevó al lado <strong>de</strong> su íntimo y buen amigo.<br />

De Biarritz a Bayona y <strong>de</strong> Bayona a Saint Jean <strong>de</strong> Pied <strong>de</strong> Port y <strong>de</strong> aquí a Saint Jean<br />

le Vieux a su casa «Lutchinea», don<strong>de</strong> con Tomás Meabe recibían visitas extrañas <strong>de</strong> españoles<br />

que estaban refugiados en aquella frontera.<br />

Cuando en España el sentimiento revolucionario palpitaba con intensidad, para <strong>Gustavo</strong><br />

era aquella época, un paréntesis <strong>de</strong> calma abierta en la <strong>de</strong>liciosa campiña vasco-francesa,<br />

en sus atar<strong>de</strong>ceres incomparables, en esos crepúsculos <strong>de</strong> tintas rojas y azules, que<br />

como dice Mourlane Michelena, parece que están organizados por sus «Sindicatos <strong>de</strong> Atracción<br />

al Forastero».<br />

En aquella encantadora región don<strong>de</strong> Rostand edificó el paraíso <strong>de</strong> sus ensueños <strong>de</strong><br />

poeta, todo él, museo, todo él, hogar, y que la asquerosa realidad ha convertido en veinticuatro<br />

horas en suntuosa y aristocrática resi<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong> un burgués.<br />

Unos cuantos sostenemos que el espíritu es superior a la materia. ;Qué sarcasmo!<br />

Las exquisitas joyas artísticas atesoradas por el gusto refinado <strong>de</strong> un intelectual coleccionista<br />

pasan a po<strong>de</strong>r <strong>de</strong> un cualquiera, mediante entrega <strong>de</strong> unos cuantos discos metálicos, ¡Cuánto<br />

tenemos que apren<strong>de</strong>r los eternos protestantes, <strong>de</strong> este hecho! Y menos mal que al buen<br />

Rostand le ha cogido el acontecimiento cuando, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> hace algún tiempo, está <strong>de</strong>dicándose<br />

a la dulce tarea <strong>de</strong>l reposo eterno.<br />

Vivían <strong>Gustavo</strong> y Tomás en la apacible tranquilidad <strong>de</strong> «Lutchinea», mientras sobre<br />

el Pirineo francés, el resplandor rojizo <strong>de</strong> las hogueras, <strong>de</strong> los conventos barceloneses que<br />

ardían en pavesas, reflejaban en el cielo.<br />

Un aire <strong>de</strong> tragedia llegaba <strong>de</strong> España, cuando los primeros fugitivos traspasaban<br />

la frontera, burlándose graciosamente <strong>de</strong> la vigilancia <strong>de</strong> los carabineros.<br />

El movimiento había fracasado y <strong>Gustavo</strong>, al atar<strong>de</strong>cer, ro<strong>de</strong>ado <strong>de</strong> varios amigos,<br />

tomaba vermouth en el cafe Farniére, <strong>de</strong> Bayona.<br />

Acosado y acorralado por sus correligionarios en la terraza <strong>de</strong>l Farniére, por su infame<br />

<strong>de</strong>serción, <strong>Gustavo</strong> contestaba muy serio: «Yo he estado aquí, conteniéndome a mí<br />

mismo, por ser éste un sitio estratégico para acudir al lugar <strong>de</strong> más peligro; pero no he<br />

recibido ningún aviso.»<br />

Después, a París, a organizar la tumultuosa manifestación contra el <strong>de</strong>spotismo español,<br />

y apedrear el consulado <strong>de</strong> Su Majestad Católica, aunque luego se conformó con<br />

abrirle la cabeza a un guardia <strong>de</strong> un brutal ladrillazo. Esto <strong>de</strong>bió convencer a los más exaltados<br />

correligionarios, porque <strong>Gustavo</strong> siguió disfrutando <strong>de</strong> su crédito revolucionario,<br />

como hombre <strong>de</strong> acción, entre los chamelistas <strong>de</strong>l Casino.<br />

¡Cuántas veces recuerda el vermouth <strong>de</strong>l Farniére!<br />

<br />

GUSTAVO DE MAEZTU por Estanislao M.ª <strong>de</strong> Aguirre 61

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!