Descargar PDF - Museo Gustavo de Maeztu
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EL NÚMERO 317<br />
XVII<br />
TAMBIÉN repercutieron en el ánimo <strong>de</strong>l pueblo español aquellos acontecimientos<br />
europeos. El malestar y el espíritu <strong>de</strong> protesta cal<strong>de</strong>aban el ambiente bastando<br />
sólo la chispa o el inci<strong>de</strong>nte para <strong>de</strong>senca<strong>de</strong>nar la tempestad. Este espíritu revolucionario<br />
enrarecía hasta el ambiente aburguesado <strong>de</strong> Bilbao, dulce remanso <strong>de</strong>l dinero en aquella<br />
época y refugio tranquilo <strong>de</strong> submarinos alemanes.<br />
Después <strong>de</strong> los gloriosos días <strong>de</strong> la Semana Roja, <strong>de</strong> Barcelona, <strong>Gustavo</strong> <strong>de</strong> <strong>Maeztu</strong><br />
vuelve a sacar <strong>de</strong>l armario y envuelta en una hoja <strong>de</strong> El Motín su vieja pistola -que,<br />
según dice, perteneció al teniente Ruiz- acariciando a tan leal compañera. Era en Agosto<br />
<strong>de</strong> 1917. Una tar<strong>de</strong> <strong>de</strong> ésas, que hasta los cafés están cerrados y que la impaciencia<br />
espera los acontecimientos en el ambiente <strong>de</strong> tragedia, con la disculpa <strong>de</strong> quién<br />
hacía mejor el coctail, unos cuantos revolucionarios peligrosos nos reunimos en el taller<br />
<strong>de</strong> <strong>Gustavo</strong>. En Bilbao no había pan ni nada; pero a nosotros nos sobraba humor,<br />
y allí nos fuimos a endulzarnos en la porfía.<br />
Y no es que a aquel comité secreto le gustara emborracharse, pero prueba <strong>de</strong> éste;<br />
toma éste; éste tiene mostaza, aquél pipermín, el caso es, que confiando en nuestra<br />
audacia, <strong>de</strong>cidimos tomar el cuartel <strong>de</strong> San Francisco. El convencional Masip era partidario<br />
<strong>de</strong> aplazar el golpe hasta el día <strong>de</strong> la jura <strong>de</strong> ban<strong>de</strong>ra, ya que este día las tropas<br />
no están en el cuartel. Pero Ramón López Chico quería que a la Gloria no empañase<br />
ni la duda <strong>de</strong> un porqué. Murciano, el representante <strong>de</strong> la publicidad <strong>de</strong> El Sol,<br />
se puso tierra por medio. El convencional Masip estuvo encerrado seis días en la caja<br />
<strong>de</strong> caudales <strong>de</strong> una oficina. ¡Cualquiera lo buscaba! Y Murciano no volvió más por Bilbao.<br />
Mientras fui el preso 317, viví entre bayonetas caladas, pero acostumbrado a ellas,<br />
no pienso reírme tanto en la vida. Un charangón, el <strong>de</strong>l acorazado Alfonso XIII -no he<br />
oído jamás tocar peor- nos daba conciertos al oscurecer, mientras hacinados y tumbados<br />
en el suelo hombres y mujeres, fumábamos y comentábamos, como buenos revolucionarios,<br />
los acontecimientos.<br />
Otazua, Couceiro, Madinabeitia y Mendoza, fueron mis compañeros aquellas horas<br />
<strong>de</strong> risa y <strong>de</strong> piojos. Nada diré <strong>de</strong> cuanto vi, oí y observé, porque no hace al caso,<br />
pero a los pocos días salía roto y barbudo como un revolucionario <strong>de</strong> zarzuela.<br />
Pero <strong>de</strong> <strong>Gustavo</strong> nada sabían mis amigos. Unos aseguraban que agarraba la cabeza,<br />
mientras <strong>Gustavo</strong> nos seguía escurriendo el bulto, como el que preten<strong>de</strong> dar un<br />
esquinazo.<br />
Una <strong>de</strong>scarga <strong>de</strong> fusilería al llegar a la calle Hernani <strong>de</strong>sgarra el ambiente, arrancando<br />
a las mujeres <strong>de</strong>s<strong>de</strong> los balcones y portales, gritos <strong>de</strong> terror, pero cal<strong>de</strong>ando más<br />
GUSTAVO DE MAEZTU por Estanislao M.ª <strong>de</strong> Aguirre 115