Descargar PDF - Museo Gustavo de Maeztu
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La filosofía <strong>de</strong> su Arte podría encontrar en Fe<strong>de</strong>rico Nietzsche y en Oscar Wil<strong>de</strong> sus<br />
más exactos <strong>de</strong>fensores. La Naturaleza -dice Nietzsche-, evaluada <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el punto <strong>de</strong> vista<br />
artístico, no es un mo<strong>de</strong>lo, exagera, <strong>de</strong>forma, <strong>de</strong>ja huecos. El estudio <strong>de</strong>l natural revela<br />
sumisión, <strong>de</strong>bilidad, fanatismo. Esa posternación ante los pechos <strong>de</strong>snudos es indigna<br />
<strong>de</strong> un artista completo.<br />
Oscar Wil<strong>de</strong> coinci<strong>de</strong> al <strong>de</strong>cir que, «en realidad, lo que el Arte nos revela es la falta<br />
<strong>de</strong> plan <strong>de</strong> la Naturaleza, su cru<strong>de</strong>za singular, su extraordinaria monotonía, su carácter<br />
completamente inacabado». La naturaleza tiene, indudablemente, buenas intenciones;<br />
pero como dijo Aristóteles en otros tiempos, no pue<strong>de</strong> realizarlas. Cuando contemplo<br />
un paisaje, no puedo <strong>de</strong>jar <strong>de</strong> ver todos sus <strong>de</strong>fectos. De todas maneras, es una suerte<br />
para nosotros que la Naturaleza sea tan imperfecta, pues en otro caso, no existiría el Arte,<br />
He aquí la inmensa distancia que separa a <strong>Gustavo</strong> <strong>de</strong>l arte <strong>de</strong> los impresionistas<br />
franceses, <strong>de</strong> la pintura a plena luz, <strong>de</strong> la pintura luminosa y <strong>de</strong>l momento, <strong>de</strong> la pintura<br />
<strong>de</strong> caballete, que recoge codiciosa hasta el último rayo <strong>de</strong> luz.<br />
<strong>Gustavo</strong> <strong>de</strong> <strong>Maeztu</strong> atormenta a la Naturaleza cogiendo <strong>de</strong> ella todos aquellos elementos,<br />
todos aquellos valores ornamentales y <strong>de</strong>corativos, para que su fantasía pueda<br />
formar con ellos su quimérica naturaleza que ha <strong>de</strong> servir como <strong>de</strong> marco a la mujer. Esta<br />
es su época romántica <strong>de</strong> jardines fantásticos <strong>de</strong> ensueño, fascinados por la melancolía,<br />
jardines exuberantes que <strong>de</strong> estar animados por el soplo cálido <strong>de</strong> Ceres, florecerían <strong>de</strong><br />
Dagán los frutos <strong>de</strong> oro. Jardines extraños, adormecidos y embriagados por su mismo<br />
aroma, mientras Conditor vigila los trigos <strong>de</strong> la inmensa campiña.<br />
¡Ríos <strong>de</strong> plata, don<strong>de</strong> el cisne blanco <strong>de</strong> Leda enamorada va <strong>de</strong>jando la serena estela<br />
<strong>de</strong> su amor! ¡Ríos <strong>de</strong>l color <strong>de</strong>l ver<strong>de</strong> ajenjo, don<strong>de</strong> Apsara sumerja sus ebúrneos pechos<br />
y don<strong>de</strong> celosos caigan luego los bárbaros centauros para calmar la sed <strong>de</strong> su pasión!<br />
¡Que todo florezca en ellos! Para que el dios Pan, haga sonar su pan<strong>de</strong>ro <strong>de</strong> alegría<br />
y al oírse en la llanura, el vergel florido se pueble <strong>de</strong> locura, y que <strong>de</strong> las náya<strong>de</strong>s en torno<br />
<strong>de</strong> las cristalinas fuentes el ritmo <strong>de</strong> sus danzas, sea el ritmo melodioso <strong>de</strong> Idis, el pastor.<br />
Que los gnomos abandonen sus cavernas, lanzando al aire las piedras preciosas, para<br />
que sus polícromos reflejos brillen a la luz <strong>de</strong>l sol, mientras Hibris, melancólica, con sus<br />
ojos ardientes contemple a Júpiter celosa y con pasión, y aprovechando Caco, cargue en<br />
sus robustos hombros el mejor ternero <strong>de</strong> la pra<strong>de</strong>ra y que su risa se pierda luego en la<br />
lejanía <strong>de</strong> las montañas.<br />
¡Todo, bajo una luna que sumerja en tintas <strong>de</strong> plata los dominios sagrados <strong>de</strong> nuestro<br />
dios Pan!<br />
Y es que el Arte encuentra en sí mismo -como <strong>de</strong>cía Wil<strong>de</strong>-, y no fuera <strong>de</strong> él, su perfección.<br />
Es un velo más que un espejo. Tiene flores <strong>de</strong>sconocidas para todas las selvas<br />
y pájaros que ningún bosque posee. Pue<strong>de</strong> arrancar la luna <strong>de</strong>l cielo con un hilo bermejo,<br />
GUSTAVO DE MAEZTU por Estanislao M.ª <strong>de</strong> Aguirre 95