Nezar - LETRA SABIA - Servicios Editoriales
Nezar - LETRA SABIA - Servicios Editoriales
Nezar - LETRA SABIA - Servicios Editoriales
You also want an ePaper? Increase the reach of your titles
YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.
Adonde tú vayas<br />
CAPÍTULO XII<br />
Treinta y cinco años… Nono acababa de cumplir treinta y cinco<br />
años aquella mañana y ya empezaba a darse cuenta que sus pensamientos,<br />
sus ilusiones y proyectos acababan donde siempre: en aquella<br />
sala de estar, ubicada en la casa de su abuelo y en aquel sillón, ya algo<br />
gastado. Era el único lugar donde no se veía como un hombre sin futuro,<br />
camino de cumplir los cuarenta.<br />
El trabajo era algo lejano que ni siquiera buscaba. Era algo creado<br />
para el resto del mundo, lo mismo que el amor. En su rostro se le dibujaba<br />
una expresión melancólica cuando recordaba sus años de Instituto:<br />
Su primer amor, su segundo y su tercero. Todos comenzaron y terminaron<br />
en el deseo y ese deseo terminó con la exclusión total de la sociedad.<br />
Porque ¿quién era Nono, sino una mancha de pintura en un cuadro? El<br />
cuadro del mundo.<br />
Frente a él estaba su ventana y su mentira: Perpetuas e infranqueables.<br />
Su mundo estaba allí, en el horizonte, allí sería poeta, amante<br />
y, ante todo, persona. Allí quizás pintaría. Allí quizás viviría lo soñado. La<br />
ventana era su lugar preferido.<br />
A pesar de la tristeza que le ocasionaban sus pensamientos, Nono<br />
no lloraba porque sabía muy bien que había gente en el mundo que no<br />
tenía ni horizonte ni ventana. De hecho, la luz de su madre era él: sus boniatos,<br />
sus infusiones, sus curas y sobre todo, su amor: para él, la única<br />
realidad palpable del hombre.<br />
Nono había experimentado en demasía y por él mismo que el amor<br />
106