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Nezar - LETRA SABIA - Servicios Editoriales

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Francisco Fernández<br />

te de su madre. Paradójicamente, se sonrió a sí mismo cuando pensó en<br />

aquel cuadro de colores chillones que le había pintado y que ella se negó<br />

a aceptar como regalo. En aquellos instantes, y sin que nadie se lo explicara,<br />

Nono comprendió que no sólo los sentidos pueden percibir los colores,<br />

los olores y los sabores. Hay ciertos estados de conciencia, sobre<br />

todo los que dimanan del silencio y la soledad, a través de los cuales<br />

también se pueden percibir ciertas sensaciones, aunque de otra manera.<br />

Había temas en la pintura y en el arte de los que madre e hijo nunca habían<br />

hablado, pero al poco rato el joven observador pensó que tampoco<br />

se podían entender con palabras. No se podía describir el perfume de<br />

una flor, el sabor de una manzana o el estado de ánimo de cómo vemos<br />

los colores de un cielo o un horizonte. La causa que hace que los colores<br />

de un cuadro pasen a significar la esperanza de vivir o la certeza de<br />

la pronta llegada de la muerte, era un hecho que había que sentir. Era<br />

necesario pasar por aquella vivencia, porque las palabras quedaban desnudas<br />

ante aquella realidad.<br />

En aquellos momentos, los colores llamativos que el joven artista<br />

había pintado para su madre y que tanto le gustaron a Nono en un principio,<br />

le parecían horribles en su recuerdo, ya que con los tonos grises de<br />

las nubes en el cielo, el hijo mayor de Rosa se identificaba.<br />

Aquel sábado por la mañana, sin lágrimas y sin consuelo, Nono reconoció<br />

para sí mismo lo que sintió desde que se enteró que su madre<br />

tenía un cáncer de pulmón incurable. Reconoció que estaba pasando por<br />

una profunda depresión.<br />

Pronto comenzó a llover.<br />

–¡Hola mamá! ¿Cómo estás?<br />

–Bien, como siempre. Pero ahora cuando arrojo, me salen como<br />

gotitas de sangre. Son muy pequeñas y el pecho no me duele. ¿Y tú?<br />

¿Cómo estás?<br />

–Yo, bien. Como te llamo todos los días no pasan muchas cosas.<br />

Lo tuyo puede ser que como no paras de arrojar, se te ha roto alguna ve-<br />

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