Nezar - LETRA SABIA - Servicios Editoriales
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Francisco Fernández<br />
Rosa, en el fondo, no quería que nadie viniese a hacerle compañía. Quería<br />
estar sola. Era feliz en su soledad… la primera vez que le pasaba.<br />
El amor que está con todos y cada uno de nosotros, para unos escondido<br />
en el velo de su cuerpo, para otros a flor de piel y para otros en<br />
el aire que respiran, aquella tarde entró por la ventana de aquella sala<br />
de estar. Entró con la luz del sol vespertino y agradable de finales de verano.<br />
Rosa, pensando en la luz del sol, reconoció, por primera vez, que<br />
los ojos de su hijo Nono eran de color verde claro con matices de color<br />
esmeralda. Los veía hermosos como el mar cuando se acerca a la arena<br />
en la orilla durante un día soleado; eran calmados y serenos, pero llenos<br />
de vida, inmersos de unos hilos irisados de color topacio que lo encarnaban<br />
todo, incluso el sofá en el que la madre estaba sentada. Estaba viendo<br />
a su hijo con los ojos del amor. Había dejado de ver en él las<br />
aspiraciones que a ella misma le hubiera gustado alcanzar. Estaba concentrada<br />
en él como una persona que la amaba.<br />
Rosa, entonces, pensó que no tiene importancia quién nos ama,<br />
es el amor lo importante. ¿Acaso un insignificante y huidizo gorrión no<br />
nos haría felices durante el mágico momento que se nos acercase sin<br />
miedo y se posase en nuestra mano para comer de ella? El amor es un<br />
estado de inteligencia tan elevado e inmenso, que cuando aparece, ya<br />
no hay ni mujer ni hombre atractivo, ni pensamiento ni reflexión importante,<br />
sólo entrega y placer en la propia soledad que se nos hace hermosa<br />
en nosotros cuando ésta lo lleva dentro de sí.<br />
Rosa no recordaba a su hijo pequeño corriendo en taca tac y rompiendo<br />
todo lo que encontraba a su paso. No le recordaba dándole de<br />
mamar, ni cuando hizo su Primera Comunión, tampoco le recordaba<br />
cuando le dio la noticia el día que aprobó la selectividad. Ella pasó años<br />
cosiendo para tener el dinero suficiente para que él pudiera tener una Licenciatura,<br />
pero de aquellos pensamientos que le habían mantenido<br />
ocupada durante bastantes años, sólo pensaba en la playa, en la orilla<br />
del mar, del sonido de la brisa y el frescor de la misma, cuando en los<br />
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