Nezar - LETRA SABIA - Servicios Editoriales
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Adonde tú vayas<br />
Para Nono, nuestro cuerpo vivía para alimentarse y para permanecer<br />
en la tierra con la semilla de sus hijos, aunque finalmente el cuerpo<br />
solo serviría para alimentar a otros seres. Sin embargo, si nuestra mente<br />
se dejaba llevar por el amor de todo aquello que le rodeaba, pensando<br />
que todo ello era el reflejo y la expresión de Alá, la conciencia humana viviría<br />
eternamente con todo lo amado en la Mente Eterna de este universo.<br />
Nuestra alma viviría con el Alma Absoluta en su conocimiento infinito.<br />
La filosofía mística de Nono en su vida consistía en recordar constantemente<br />
esa fuerza amorosa en su mente para unirse a Esta y formar<br />
parte de su conocimiento eterno y misericordioso, que todo lo mantenía<br />
vivo. Su meta final, sería aniquilar su alma, su egocentrismo ilusorio para<br />
vivir conforme al citado conocimiento divino y espiritual que habita en todas<br />
las cosas: “La única realidad”.<br />
Nono, en consonancia con sus ideas, tenía que actuar por amor a<br />
Dios y no por impulsos personales ni posturas que potenciasen su ego, y<br />
eso implicaba bajar la guardia y amar a su familia, no hacer caso a las<br />
críticas y los insultos que pudieran hacerle y, cómo no, darles toda la felicidad<br />
que él fuese capaz de darles. Tenía que vencer el enfado y recordar<br />
que Alá era amor y en este caso, amor en él.<br />
–Dime algo, Nono. Te veo muy callado. ¿En qué piensas? Ya sabes<br />
que tu padre, tu hermano y yo somos muy impulsivos y lo que yo tengo<br />
no es una gripe. A todos se nos van los nervios de vez en cuando –le dijo<br />
Rosa, al verle tan callado y sentado solo en el patio.<br />
–No pienso en Papá, tampoco exclusivamente en ti. Pienso en que<br />
tenemos que estar unidos para vencer la enfermedad, en que las excepciones<br />
existen y en que Dios no tiene la culpa de nada.<br />
–¡Claro que no! Porque no existe.<br />
–Bueno, voy a ver a Luis.<br />
La conversación que Nono tuvo con Luis y la familia de su amigo le<br />
llevó aún más a la desesperanza, al igual que cuando se lo comentó a<br />
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