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Nezar - LETRA SABIA - Servicios Editoriales

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Francisco Fernández<br />

despacito durante varias horas. Es una sesión cada tres semanas.<br />

–¡Cada tres semanas!<br />

–Sí, sólo son seis sesiones. Durante este tiempo, se me caerá el<br />

pelo y las cejas, aunque después me crecerán. Así que dentro de poco<br />

iré a Cartagena a comprarme una peluca que me favorezca.<br />

–O sea, ¡que tienes un cáncer como una catedral!<br />

–Sí, Antonio. No sé si como una catedral, pero lo tengo y creo que<br />

no me queda mucho tiempo de vida.<br />

–Eso mamá, sólo Dios lo sabe.<br />

–¡Y yo maldigo a Dios y a la virgen! ¿Lo oyes bien? ¿Te queda<br />

claro? Y otra cosa: no quiero volver a escuchar el nombre de Dios en esta<br />

casa… ¿Entendido? –gritó el patriarca.<br />

–Eso es… ¿Dónde está tu Dios ahora, Nono? –preguntó Rosa con<br />

rabia–. Tú te fumas casi dos paquetes de tabaco y varias pipas al día.<br />

Desde los 16 a los 26 años te pipabas los fines de semana con alcohol y<br />

porros, que bien me he enterado yo, aunque nunca te lo haya dicho; y<br />

hace un año te hicimos una placa en el pecho y sólo lo tenías sucio… No<br />

tenías nada. Yo nunca he probado el alcohol, el tabaco y los porros y tengo<br />

un cáncer.<br />

–Sí –asintió Francisco Javier–, yo con los años también he dejado<br />

de creer. ¿Porqué permite Cristo que la gente se suicide, que haya guerra<br />

y hambre, que sean siempre los pobres quienes mueran y padezcan las<br />

hambrunas, las enfermedades, los huracanes y los terremotos? Siempre<br />

son los pobres quienes pagan el pato de todo. Cómete una mierda, tú y<br />

todos los moros sufíes.<br />

–¡Dejadlo tranquilo! Parece como si él tuviese la culpa de que su<br />

madre tuviera cáncer –salió en defensa de Nono su abuelo, Enrique.<br />

–Él no ha matado a nadie, eso lo sabemos. Pero que me diga ahora<br />

dónde está el Dios que tanto venera y defiende –reclamó Rosa.<br />

–Está en el oxígeno –respondió Nono de inmediato.<br />

–¿En dónde? –preguntó su padre intrigado.<br />

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