Nezar - LETRA SABIA - Servicios Editoriales
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Francisco Fernández<br />
–Papá un trabajo en un diario. Un trabajo que me dará para mis<br />
gastos y para vivir allí. Además, voy a escribir, que es lo que me gusta.<br />
–Pues muy bien, Nono.<br />
–¿Y la mamá? ¿Dónde está?<br />
–Está en el dormitorio.<br />
Rosa estaba dentro de su dormitorio. Estaba mirando con aire melancólico<br />
algunas de sus joyas y de sus cremas para la piel, cuando su<br />
hijo mayor la interrumpió.<br />
–Pasa, Nono, y siéntate. La cara que llevas es la misma de quienes<br />
quieren hacer alguna confidencia.<br />
–No, sólo preguntarte si quieres que me vaya a Melilla a trabajar.<br />
Yo, en el fondo, no quiero dejarte aquí, de esta manera. Me siento como<br />
si te dejase sola ante el peligro. Te lo digo como me lo dicta el corazón.<br />
–Nono, ninguna madre quiere que su hijo se vaya de su lado, pero<br />
es ley de vida. Yo sufro de verte así aquí, sin trabajo, mientras el resto de<br />
tus amigos, los que venían a la casa hace años, ya están colocados y trabajando.<br />
–Pues me han ofrecido un trabajo como redactor en Melilla.<br />
–¡En Melilla!<br />
–Sí, como redactor en un diario local.<br />
–Como redactor… yo creo que tú no puedes trabajar como redactor<br />
en Melilla. Para hacer lo que hacías antes, necesitas mucha concentración<br />
y dedicación, además de que debes de atender un trabajo en el hogar,<br />
que yo no sé si podrás hacerlo. Necesitas pensar sólo en tu trabajo y<br />
no en mí, ni en tu pueblo, ni en tu casa, ni en todo lo que dejas aquí –<br />
Rosa, en aquellos momentos, quedó mirando a la ventana que estaba<br />
frente a la cama y siguió hablándole a su hijo–. Te vas porque tu pueblo<br />
te echa: el corazón te lo decía desde que eras muy joven. Yo también sé<br />
silenciar mis pensamientos, no sólo tú.<br />
–A mí no me echa nadie de ningún sitio.<br />
–Sí, hay muchas formas de echarte, mi corazón lo sabe. Y las peo-<br />
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