Nezar - LETRA SABIA - Servicios Editoriales
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Francisco Fernández<br />
El conocimiento de Alá está en todas las cosas. Es lo único real<br />
que existe de nuestro mundo. Y el amor es el grado más elevado del conocimiento.<br />
Nuestro amor forma parte de Él. Si dejásemos que su Ley estuviese<br />
presente en nuestro ser de todo corazón, conoceríamos la<br />
felicidad de su unión, la felicidad de la existencia: Ahora somos seres divididos,<br />
pero en realidad, somos una familia, un ente unido, una misma<br />
sangre, un único problema. Si lo vivimos con unión, podemos ser felices<br />
con cáncer o sin él. La mamá está viva, todavía no se ha muerto. Ahora<br />
toca la quimioterapia, pues vamos a organizarnos para la quimio y punto.<br />
Todos miraron a Nono extrañados por su fe en el discurso ante<br />
aquellas circunstancias tan difíciles y nadie le contestó. Sus expresiones<br />
de ira se suavizaron conforme las palabras salían de su boca, aunque<br />
nadie le dio la razón.<br />
–Anda, Nono, vamos a comer. Empecemos por tener apetito, o al<br />
menos intentarlo –le dijo su abuelo.<br />
Al escuchar a Enrique, todos se sentaron a la mesa sin hablar. Dadas<br />
las circunstancias, durante el transcurso de aquella sobremesa, no<br />
era un momento proclive a iniciar ninguna conversación, por lo que después<br />
de comer, Nono se sentó a solas en el patio.<br />
Nadie de su familia dio disculpas a Nono por haber insultado sus<br />
creencias y por acusar a su Dios como cómplice de la enfermedad de su<br />
madre.<br />
Para Nono, El Dios era la Conciencia Superior que vivía en la fuerza<br />
neutra del Universo, la cual mantenía en unión y armonía dos energías<br />
contrarias. Era una inteligencia trascendente a todo lo que se podía percibir<br />
por los sentidos. Es decir, esa energía vivía en todas las cosas y, a la<br />
vez, en esencia, las trascendía. Su Alá era la fuerza increada y creadora,<br />
que mantenía y hacía evolucionar la propia existencia.<br />
Todo lo que nace, muere –se repetía en silencio–. La noche, la mañana,<br />
los días, los hombres… Pero el amor que une la noche y la mañana,<br />
el hombre y la mujer, el invierno y el verano no muere nunca.<br />
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