joshua-harris-le-dije-adios-a-las-citas-amorosas
joshua-harris-le-dije-adios-a-las-citas-amorosas
joshua-harris-le-dije-adios-a-las-citas-amorosas
You also want an ePaper? Increase the reach of your titles
YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.
Le <strong>dije</strong> adiós a <strong>las</strong> <strong>citas</strong> <strong>amorosas</strong><br />
- ―Hola Joshua. Que grandes promesas expresaste hoy en el altar, espero que hayas<br />
mejorado en el cumplimiento de tus promesas, y que no hagas como cuando nos<br />
conocimos.‖<br />
- ―Pero que e<strong>le</strong>gante te ves con tu esmoquin, y que novia tan hermosa. Por cierto<br />
¿Ya <strong>le</strong> has hablado acerca de mí? ¿<strong>le</strong> has comentado de todas <strong>las</strong> cosas lindas que<br />
solías decirme al oído?‖.<br />
Hay ciertas relaciones que al pensar en el<strong>las</strong>, solo puedo sentir pesar o<br />
remordimiento. Me esfuerzo mucho por no pensar en el<strong>las</strong>. Las he tenido que echar<br />
a un lado con una sonrisa en los labios, al considerar<strong>las</strong> como parte del ―juego<br />
romántico‖ en el cual todos hemos participado. Yo se que Dios me ha perdonado,<br />
porque así se lo he pedido y también se que varias de <strong>las</strong> chicas me han perdonado,<br />
porque así se los he pedido.<br />
Es justamente así<br />
Durante mis años de crecimiento considere <strong>las</strong> prácticas de <strong>las</strong> <strong>citas</strong> y el noviazgo<br />
como parte de la experiencia total de la ado<strong>le</strong>scencia. Cuando no estaba saliendo con<br />
una chica, estaba saliendo con otra.<br />
Todo esto comenzó durante la escuela intermedia, donde mis amigos y yo<br />
considerábamos esta práctica como un juego, como una oportunidad de jugar a los<br />
enamorados y experimentar con <strong>las</strong> relaciones. Tener una novia significaba poco más<br />
que decir ―salías con una chica‖, no había nada de difícil en ello. Mis amigos y yo<br />
―salíamos‖ con <strong>las</strong> chicas y rompíamos la relación a paso alarmante. Nuestra única<br />
preocupación era que la chica fuera la que terminara con la relación, ninguno de<br />
nosotros quería verse en esta situación, ya que éramos nosotros los que siempre<br />
iniciábamos el rompimiento. Conocí una chica que se hizo famosa por usar la rutina<br />
de rompimiento más rápido de la historia, cuando ella quería terminar su noviazgo<br />
con un chico, simp<strong>le</strong>mente <strong>le</strong> decía: ―Picabú, hasta aquí l<strong>le</strong>gaste tú‖.<br />
Pero pronto l<strong>le</strong>go la etapa en que simp<strong>le</strong>mente decir que estabas saliendo con una<br />
chica ya no era suficiente. Y entonces comenzamos a experimentar en <strong>las</strong> relaciones<br />
con el aspecto físico. En esta etapa, salir con alguien l<strong>le</strong>gó a significar que también<br />
habías besado a esa persona. Recuerdo que en cierta ocasión yo estaba al lado de una<br />
chica que me gustaba, mientras ella llamaba por teléfono y rompía su relación con él.<br />
Tan pronto como terminó de hablar con el novio ella me besó; y eso quería decir que<br />
desde ese momento éramos ―pareja oficial‖. Al pensar en estas cosas tengo que<br />
menear la cabeza al considerar lo inmaduro que éramos. La intimidad física de<br />
aquellos días de la escuela intermedia, no tenía absolutamente nada que ver con amor<br />
o con lo que es el verdadero afecto. Nosotros simp<strong>le</strong>mente estábamos imitando lo<br />
que observábamos en los chicos mayores y lo que veíamos en <strong>las</strong> pelícu<strong>las</strong>. Nos<br />
parecía que era algo de gente mayor, pero en realidad no era más que <strong>las</strong>civia.<br />
11