joshua-harris-le-dije-adios-a-las-citas-amorosas
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Le <strong>dije</strong> adiós a <strong>las</strong> <strong>citas</strong> <strong>amorosas</strong><br />
acerquemos lo más que podamos al precipicio? Si la relación sexual es la raya,<br />
¿entonces qué diferencia existe entre tomar<strong>le</strong> la mano a alguien y tener contacto<br />
sexual con esa persona? Si la raya son los besos, ¿Qué diferencia hay entre un ligero<br />
beso de despedida y quince minutos de apasionada lucha libre labial?<br />
Si en verdad deseamos buscar la pureza, entonces necesitamos apuntar en la<br />
dirección de Dios, y seguirlo. No podemos involucrarnos en un viaje exploratorio<br />
hacia <strong>las</strong> fronteras de la impureza, y anhelar la justicia y la rectitud a la misma vezambos<br />
apuntan en dirección opuesta-. La verdadera pureza huye tan rápido y tan<br />
<strong>le</strong>jos como <strong>le</strong> es posib<strong>le</strong> del pecado y la conformidad con el mundo.<br />
Corazón y camino<br />
Si nuestro anhelo es vivir vidas puras, debemos reconocer que la pureza no sucede<br />
por accidente. Todo lo contrario, constantemente debemos procurar andar en<br />
dirección de la pureza. El libro de Proverbios nos muestra que este continuo proceso<br />
involucra dos cosas – nuestros corazones y nuestros pies.<br />
En el libro de Proverbios, el espíritu seductor de la impureza y de la vida<br />
comprometida está simbolizada por una mujer adúltera y caprichosa. Se nos advierte<br />
que ―porque a muchos a hecho caer heridos, aun los más fuertes han sido muertos<br />
por ella‖ Proverbios 7: 26. Aunque fue el Rey Salomón el que escribió estas palabras<br />
hace cientos de años, esta ―mujer‖ continúa el acecho a nuestro alrededor hoy<br />
mismo. Ella enlaza a los inocentes con promesas de placer, pero en realidad lo único<br />
que desea es la destrucción de sus víctimas. Ha arruinado vidas – tanto hombres<br />
como mujeres – con sus engaños traidores.<br />
A través de la historia ha lisiado a los justos. ―Su casa‖, nos advierte so<strong>le</strong>mnemente la<br />
Biblia, ―es camino al Seol, que conduce a <strong>las</strong> cámaras de la muerte‖ Proverbios 7:27.<br />
No importa lo buenas que sean <strong>las</strong> víctimas de la impureza, o cuan santas hayan sido<br />
en el pasado, si ponen un pie en su casa se apresuraran hacia la muerte como en una<br />
carrera sin salida. ¿Alguna vez te has equivocado de ruta y no tienes otra alternativa<br />
que viajar por varios kilómetros sobre una autopista, antes que puedas encontrar una<br />
salida por donde puedas regresas? Si te ha sucedido, probab<strong>le</strong>mente has sufrido la<br />
irritante mo<strong>le</strong>stia causada por tu error. No puedes ir más despacio, no puedes virar<br />
en dirección contraria; lo único que puedes hacer es continuar a alta velocidad<br />
mientras te a<strong>le</strong>jas cada vez más de tu destino. ¿Cuántos cristianos que se encuentran<br />
en relaciones de noviazgos han sentido lo mismo al luchar con la relación física que<br />
cada vez ace<strong>le</strong>ra más?<br />
Anhelan encontrar una salida donde bajarse, pero sus propias pasiones pecaminosas<br />
los a<strong>le</strong>ja cada vez más de la voluntad de Dios.<br />
¿Cómo evitar vernos atrapados en la autopista de la impureza? ¿Cómo escapar del<br />
espíritu del adulterio? He aquí la respuesta: ―no se aparte tu corazón a sus caminos; o<br />
yerres en sus veredas‖ Proverbios 7: 25. Para vivir la vida pura delante de Dios se<br />
requiere de un trabajo entre tu corazón y tus pies. El camino de la pureza comienza<br />
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