joshua-harris-le-dije-adios-a-las-citas-amorosas
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E<br />
CAPÍTULO DIEZ<br />
Guarda tu corazón<br />
Le <strong>dije</strong> adiós a <strong>las</strong> <strong>citas</strong> <strong>amorosas</strong><br />
Como batallar contra los contaminantes: <strong>las</strong>civia,<br />
encaprichamiento y autocompasión.<br />
mily se extendió con desgano sobre la cama mientras observaba a Jessica<br />
empacar sus ma<strong>le</strong>tas.<br />
-Apuesto que se lo que sucederá cuando l<strong>le</strong>gues a la universidad – dijo ella<br />
repentinamente.<br />
- oh, sí – dijo Jessica distraída. Ella ahora estaba más preocupada por cómo organizar<br />
el lio de ropa, zapatos y maquillaje que cubría todo el piso de su habitación.<br />
- claro que lo sé – dijo Emily mientras <strong>le</strong> arrojaba un par de medias a Jessica. Ella<br />
sabía muy bien cuando no <strong>le</strong> estaban tomando en serio.<br />
- vas a l<strong>le</strong>gar a la universidad, conocerás a un chico y te enamoraras. Entonces tendrás<br />
que regresar arrastrándote de rodil<strong>las</strong>, pidiéndome que te perdone por todas <strong>las</strong> veces<br />
que te has mo<strong>le</strong>stado respecto a <strong>las</strong> <strong>citas</strong> en <strong>las</strong> que salgo. ¡Oh, casi no puedo esperar<br />
hasta que consigas novio!<br />
Si alguna otra persona aparte de Emily hubiese expresado esas palabras, Jessica se<br />
hubiera sentido enojada. Pero como era su mejor amiga quien expresaba tal cosa<br />
irritab<strong>le</strong> como era – lo único que Jessica podía hacer era sonreír.<br />
-Emily, ya te he dicho que no es cuestión de no querer enamorarme – dijo Jessica<br />
mientras a la fuerza metía otro par de medias en su ma<strong>le</strong>ta – no estoy interesada en<br />
jugar el jueguito de correr tras relaciones que carecen de sentido y fundamento –<br />
como algunas personas que conozco sue<strong>le</strong>n hacer.<br />
Sin hacer caso del golpe directo de Jessica, Emily replicó:<br />
-Ya verás que solo hay que esperar; la universidad te hará cambiar de parecer.<br />
Cuando <strong>las</strong> reg<strong>las</strong> no se adaptan al juego.<br />
Seis mese más tarde, Jessica se encontraba sentada en su habitación mirando por la<br />
ventana a una ardilla que cruzaba por el estacionamiento. Era uno de esos raros<br />
momentos durante la tarde en el que el dormitorio estaba quieto y Jessica podía<br />
pensar con tranquilidad. ¿Quizá Emily tenía razón? – se dijo para sí distraída,<br />
mientras meditaba sobre la conversación que tuvieron. La universidad había volcado<br />
su mundo patas arribas. Todos sus conceptos idealistas sobre el amor y el noviazgo<br />
perfecto parecían fuera de moda y anticuados. Había l<strong>le</strong>gado a la universidad tan<br />
segura de todo, y ahora no sabía ni en que creer.<br />
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