joshua-harris-le-dije-adios-a-las-citas-amorosas
joshua-harris-le-dije-adios-a-las-citas-amorosas
joshua-harris-le-dije-adios-a-las-citas-amorosas
You also want an ePaper? Increase the reach of your titles
YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.
CAPÍTULO SIETE<br />
Un pasado limpio<br />
Jesús puede redimir tu pasado.<br />
Le <strong>dije</strong> adiós a <strong>las</strong> <strong>citas</strong> <strong>amorosas</strong><br />
P<br />
or lo general no comparto mis sueños con la gente, pero me gustaría relatar<strong>le</strong>s<br />
uno muy emocionante que tuve en cierta ocasión. Como cristianos ―conocemos‖<br />
ciertas cosas ta<strong>le</strong>s como ―Jesús me ama‖ y ―Cristo murió por los pecadores‖.<br />
En innumerab<strong>le</strong>s ocasiones hemos escuchado declaraciones como estas, pero<br />
el hecho de que son tan conocidas puede fácilmente disminuir lo glorioso de estas<br />
verdades tan simp<strong>le</strong>s. Es necesario que <strong>las</strong> volvamos a examinar con mayor<br />
detenimiento para poder apreciar de nuevo su poder transformador.<br />
Un sueño que tuve una húmeda noche mientras visitaba a un amigo pastor en Puerto<br />
rico, hizo que volviera apreciar estar verdades. Este sueño resumió lo que Cristo hizo<br />
por ti y por mí.<br />
Lo deseo compartir con ustedes, porque después de un capítulo sobre la importancia<br />
de esforzarnos por conseguir la pureza, es necesario recordar la gracia de Dios. Para<br />
algunos, entre los cua<strong>le</strong>s me incluyo, participar en una discusión sobre el tema de la<br />
pureza no es nada más que un ejercicio doloroso – nos recuerda nuestra propia<br />
impureza y <strong>las</strong> veces que hemos fracasado.<br />
Quizás tú eres de los que fracasó en el área de la pureza, o tal vez al ref<strong>le</strong>xionar sobre<br />
el pasado, eres de los que hacen gestos de remordimiento. Para ti la pureza parece ser<br />
una causa perdida. Este sueño titulado ―La habitación‖, está dedicado a ti.<br />
En ese estado entre los sueños y el estar despierto, me hallé en medio de la<br />
habitación. No había nada en particular sobre esta habitación excepto una<br />
pared que estaba comp<strong>le</strong>tamente cubierta por archivos con pequeñas tarjetas.<br />
Eran como <strong>las</strong> tarjetas que usan en la biblioteca donde aparecen escritos los<br />
títulos por el nombre del autor o por el tema del libro por orden alfabético.<br />
Pero estos archivos, que l<strong>le</strong>naban la pared desde el piso hasta el techo, y<br />
aparentemente se extendían sin fin hacia los lados, estaban calificados con<br />
diferentes encabezamientos. Al acercarme a esta pared, el primer archivo que<br />
me llamó la atención fue uno que decía: ―Chicas que me han gustado‖, lo abrí<br />
y comencé a <strong>le</strong>er <strong>las</strong> tarjetas. Rápidamente lo cerré, al reconocer con asombro<br />
que todos los nombres escritos me eran conocidos.<br />
Fue ahí cuando supe exactamente donde me encontraba. Esta habitación sin<br />
vida y l<strong>le</strong>na de pequeños archivos era un ordinario fichero que representaba<br />
toda mi vida. Aquí estaban escritas todas <strong>las</strong> acciones de cada momento de mi<br />
vida, grandes y pequeñas, donde se mencionaba lo más insignificante detal<strong>le</strong>s<br />
que no yo mismo podía corroborar.<br />
70