joshua-harris-le-dije-adios-a-las-citas-amorosas
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2. Permite que tus padres sean parte de tu equipo.<br />
Le <strong>dije</strong> adiós a <strong>las</strong> <strong>citas</strong> <strong>amorosas</strong><br />
Para poder vivir con una nueva actitud hacia <strong>las</strong> relaciones vas a necesitar dos cosas:<br />
sabiduría y alguien a quien <strong>le</strong> puedas responder por tus actos. Idealmente, ambas<br />
cosas deberían proceder de tus padres. Necesitas de tu mamá y de tu papá.<br />
(Reconozco que no todas <strong>las</strong> personas tienen la oportunidad de beneficiarse de una<br />
relación donde existen ambos padres, creo que puedes adquirir valioso<br />
discernimiento por parte del padre o el tutor en quien más confías)<br />
¿Por qué dices que debemos adquirir de nuestros padres sabiduría y la oportunidad<br />
de dar cuentas por nuestros actos? Simp<strong>le</strong>mente porque puedo ver cómo cometí<br />
tantos errores en mi propia vida sólo por no haber confiado en mis padres. Durante<br />
mis años en la escuela superior escondí de mis padres todas mis relaciones. Si me<br />
gustaba una chica, no se lo decía. Mi temor era que si ellos se enteraban lo dañarían<br />
todo. ¡Qué gran error! Al esconder mi vida romántica de mis padres, lo que estaba<br />
haciendo era distanciarme del recurso de sabiduría que Dios me había provisto, el<br />
cual me pudo haber librado de cometer muchísimos errores.<br />
He pasado los últimos años aprendiendo a ser abierto y honesto con mis padres<br />
respecto a mis intereses románticos y al hacerlo descubrí algo increíb<strong>le</strong>: ¡Mi madre y<br />
mi padre están a mi lado! ¡Qué alivio ha sido para mí poder decir<strong>le</strong>s <strong>las</strong> cosas por <strong>las</strong><br />
que estoy pasando! Nuestras conversaciones no tienen que estar marcadas por la<br />
vergüenza o la confrontación, simp<strong>le</strong>mente voy a mis padres y <strong>le</strong>s digo: ―He estado<br />
pensando en tal y cual persona ¿Qué opinión tienen ustedes de ella?‖ O, ―Esta chica<br />
me está causando gran distracción, ¿Podrían orar por mí?<br />
Al compartir con mis padres mis pensamientos y sentimientos abiertamente, me<br />
pueden hacer recordar los compromisos que he hecho (¡Una chica hermosa puede<br />
lograr que me olvide con facilidad de ellos!). También pueden orar por mí y darme<br />
buenos consejos. Pero no podrán hacer estas cosas a mi favor a menos que yo escoja<br />
involucrarlos activamente y procurar su sabiduría. Al hacerlo de esta manera he<br />
recibido maravillosos consejos, y creo que tú también lo puedes lograr. Te desafío a<br />
que conviertas a tus padres en parte de tu equipo.<br />
Cuando mamá y papá no están cerca.<br />
Como mencioné anteriormente, entiendo que hay algunas personas que no gozan de<br />
la opción de poder involucrar a sus padres de la forma que antes hablamos. Quizá tus<br />
padres estén divorciados, no son creyentes, o simp<strong>le</strong>mente no <strong>le</strong>s interesa<br />
involucrarse en tu vida. Tal vez vives <strong>le</strong>jos de tu hogar.<br />
Si te encuentras en una de estas circunstancias, debes comprender que Dios puede<br />
proveerte todo el apoyo que necesitas. Él hace esto por medio de su Espíritu Santo y<br />
a través de la vida de otros creyentes en tu ig<strong>le</strong>sia o comunidad cristiana. Si necesitas<br />
hallar un consejero que te provea de la sabiduría que necesitas y alguien a quien <strong>le</strong><br />
puedas dar cuenta por tu comportamiento, píde<strong>le</strong> a Dios que te muestre a quien<br />
debes acudir. Entonces, cuando Dios traiga a tu vida esa persona, prepárate para<br />
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