joshua-harris-le-dije-adios-a-las-citas-amorosas
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Le <strong>dije</strong> adiós a <strong>las</strong> <strong>citas</strong> <strong>amorosas</strong><br />
Al igual que innumerab<strong>le</strong>s cristianos, mis dos necios compañeros consideraban la<br />
pureza y la impureza separadas por una simp<strong>le</strong> definición. Siempre y cuando no<br />
pasen de la raya y ―comp<strong>le</strong>ten el acto‖, ellos creían que seguían siendo tan puros<br />
como antes. La verdadera pureza sin embargo, implica dirección; una determinada y<br />
persistente búsqueda sin embargo, implica dirección; una determinada y persistente<br />
búsqueda de lo que es justo y recto. Esta dirección comienza en el corazón y la<br />
expresamos por medio de un estilo de vida que huye de toda oportunidad que pueda<br />
ser comprometedora.<br />
Un pequeño paso a la vez<br />
Si anhelamos vivir vidas puras, no podemos permitir que nos desviemos ni tan<br />
siquiera por un solo segundo de la incesante búsqueda por lo que es recto y justo.<br />
Una anécdota sacada de la vida del rey David, nos sirve como muestra de lo peligroso<br />
que puede resultar tal desvío. Hay pocas historias en la Biblia que me l<strong>le</strong>nan de tanto<br />
temor, como la historia de la caída del pecado de Davis con Betsabé. Si un hombre<br />
justo como lo era David puede caer en adulterio y asesinato ¿entonces quien sobre la<br />
tierra está p<strong>le</strong>namente libre de tentación?<br />
David era un hombre que andaba en una comunión tan íntima con Dios, como muy<br />
pocos la han tenido. Como pastor de ovejas cuando era niño, y ya siendo rey sobre el<br />
pueblo de Dios, David escribió salmos, alabanzas y peticiones que han l<strong>le</strong>nado de<br />
ánimo e inspiración a los creyentes hasta el día de hoy. David se de<strong>le</strong>itaba en su<br />
Creador, confiaba en Él, disfrutaba de Él. Dios mismo se refirió a David como<br />
―varón conforme a mi corazón‖ (Hechos 13:22).<br />
¿Cómo es posib<strong>le</strong> que un hombre con ta<strong>le</strong>s credencia<strong>le</strong>s descienda a lo más bajo de<br />
la impureza?<br />
Lo hizo paso a paso, uno a la vez.<br />
La caída de David en el pecado no ocurrió de inmediato. Al igual que cada viaje que<br />
nos l<strong>le</strong>va al pecado, el de David comenzó con un casi imperceptib<strong>le</strong> a<strong>le</strong>jamiento de<br />
Dios.<br />
Cuando nos damos cuenta de que David se desliza hacia el pecado, lo vamos en el<br />
terrado de su palacio, pero ya él había creado el contexto desde el cual él daría el<br />
paso en falso. Esto lo hizo por medio de una decisión que tomo previamente. Era la<br />
primavera del nuevo año, el tiempo en que sa<strong>le</strong>n los reyes a la guerra con sus<br />
soldados. Pero este año, David no fue con su ejército al campo de batalla, sino que se<br />
quedo en su casa. Esta fue una decisión trivial, y quizá hasta justificab<strong>le</strong>, pero el hecho<br />
es que David no estaba en el lugar donde debía estar, él no estaba en el frente de<br />
batalla, pe<strong>le</strong>ando <strong>las</strong> guerras de su Dios.<br />
¿Esto era un pecado? No abiertamente, pero si represento un pequeño paso fuera<br />
del plan de Dios.<br />
Es posib<strong>le</strong> que hayas escuchado a alguien decir que el ocio es el tal<strong>le</strong>r del diablo, y<br />
precisamente esto fue lo que significó para David. La energía que debió haber estado<br />
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