joshua-harris-le-dije-adios-a-las-citas-amorosas
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Le <strong>dije</strong> adiós a <strong>las</strong> <strong>citas</strong> <strong>amorosas</strong><br />
1. Hacer lo correcto en el momento incorrecto, siempre está incorrecto.<br />
Los norteamericanos, no aceptamos muy fácilmente el concepto de la satisfacción<br />
retardada. Nuestra cultura nos enseña que si hay algo que es bueno, debemos<br />
procurar gozar de ello inmediatamente. Por eso es que usamos el horno microondas<br />
para cocinar nuestros alimentos, enviamos nuestras cartas por correo e<strong>le</strong>ctrónico y<br />
enviamos nuestros paquetes por entrega inmediata. Hacemos todo lo que esté a<br />
nuestro alcance para escapar de <strong>las</strong> limitaciones del tiempo al ace<strong>le</strong>rar nuestra agenda<br />
personal, ace<strong>le</strong>rar el paso, y hacer cualquier cosa con tal de ganar<strong>le</strong> tiempo al reloj.<br />
Probab<strong>le</strong>mente sabes muy bien a lo que me refiero. ¿Cuál fue tu comportamiento la<br />
última vez que tuviste que esperar en fila por algo?¿esperaste tu turno pacientemente<br />
o golpeaste nerviosa e incesantemente el piso con la punta del pie, como si trataras de<br />
ayudar a que la experiencia sea menos duradera?<br />
Nuestra mentalidad de ―hacer todo y ahora‖, ha afectado tremendamente el tiempo<br />
en cuanto el noviazgo se refiere. Los ado<strong>le</strong>scentes comienzan a salir con <strong>las</strong> joven<strong>citas</strong><br />
y hasta se involucran en relaciones sexua<strong>le</strong>s cada vez a más corta edad. Cuando los<br />
jovencitos se involucran prematuramente en <strong>las</strong> actividades de gente adulta, la<br />
mayoría de los padres hacen muy poco por corregirlos. Después de todo ¿Qué<br />
pueden decir los adultos cuando ellos también viven de acuerdo a la misma actitud de<br />
―agarra todo lo que puedas y hazlo ahora‖?<br />
¿Por qué es que insistimos en vivir de esta manera? En mi opinión adoptamos esta<br />
mentalidad de satisfacción inmediata debido a que hemos perdido la perspectiva<br />
bíblica respecto al tiempo y a <strong>las</strong> circunstancias (ver Ec<strong>le</strong>siastés 3: 1-8)<br />
Así como el papel que desempeña la primavera es diferente al del otoño, también los<br />
tiempos o <strong>las</strong> temporadas en nuestra vida tienen un énfasis, un enfoque y una bel<strong>le</strong>za<br />
comp<strong>le</strong>tamente diferentes. Una temporada no es mejor que la otra; cada cual tiene y<br />
produce tesoros que son únicos. No podemos dar un salto adelante para<br />
experimentar <strong>las</strong> riquezas de otra temporada, de la misma manera que un agricultor<br />
no puede adelantar la l<strong>le</strong>gada de la primavera. Cada temporada edifica sobre la<br />
temporada que precede.<br />
Dios tiene muchas experiencias maravillosas que desea darnos, pero Él ha asignado<br />
cada experiencia a un momento en particular de nuestra vida. Humanamente, a<br />
menudo cometemos el error de tomar algo que es bueno, y sacarlo de la temporada<br />
que <strong>le</strong> corresponde, con el propósito de disfrutar de ello cuando lo deseamos. La<br />
relación sexual pre- marital es un exce<strong>le</strong>nte ejemplo de este principio. El sexo por si<br />
es una experiencia maravillosa (por lo menos eso me dicen mis compañeros que<br />
están casados), pero si lo practicamos fuera del plan de Dios, pecamos. Como la fruta<br />
que tomamos del árbol cuando aún está verde, o como la flor que arrancamos antes<br />
de que florezca, nuestros intentos por apresurar la temporada o el tiempo de Dios,<br />
pueden dañar la bel<strong>le</strong>za de Su plan para nuestra vida.<br />
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