joshua-harris-le-dije-adios-a-las-citas-amorosas
joshua-harris-le-dije-adios-a-las-citas-amorosas
joshua-harris-le-dije-adios-a-las-citas-amorosas
You also want an ePaper? Increase the reach of your titles
YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.
Le <strong>dije</strong> adiós a <strong>las</strong> <strong>citas</strong> <strong>amorosas</strong><br />
Esperar que l<strong>le</strong>gue el tiempo perfecto de Dios requiere que confiemos en su bondad.<br />
Desarrollamos paciencia al confiar que Dios nos va a negar cosas buenas en el<br />
presente, porque Él tiene algo mejor para nosotros en el futuro.<br />
Debo confesar<strong>le</strong>s algo, a menudo tengo dificultad para depositar toda mi confianza en<br />
Dios. Cuando se trata de mi vida romántica, tengo un persistente temor de que Él<br />
desea que permanezca soltero por siempre. A veces siento que si Dios permite que<br />
me case, será con una chica por la cual no sienta ninguna atracción.<br />
Soy consciente de que son preocupaciones tontas y admito que estos temores no los<br />
he fundamentado sobre la realidad del Dios amoroso y cariñoso que he aprendido a<br />
conocer.<br />
A pesar de conocer que Él es un Dios bueno, a menudo permito que mi falta de fe<br />
afecte la manera en que pienso respecto a mis relaciones persona<strong>le</strong>s.<br />
Temo que Dios se olvide de mí, en lugar de esperar confiadamente Su tiempo; a<br />
menudo trato de ayudarlo metiendo mis manos en el asunto. Tomo el ca<strong>le</strong>ndario de<br />
mi vida de <strong>las</strong> manos de Dios y frenéticamente trato de l<strong>le</strong>nar los espacios con mis<br />
propios planes y agenda personal.<br />
―Dios, yo sé que eres más que omnipotente: <strong>le</strong> digo: pero creo que se te escapó el<br />
hecho de que esa chica que está allí es parte de mi destino. ¡Si no me apresuro en ir<br />
tras ella y conquistarla, mi futuro se irá por la borda!‖<br />
Finalmente, <strong>le</strong> devuelvo a Dios con timidez el uso de mi tiempo, mis energías y toda<br />
mi atención, mientras <strong>le</strong> digo: ―!por supuesto que confío en ti, Señor, pero creo que<br />
podrías usar un poquito de ayuda!‖<br />
Las <strong>citas</strong> y los caramelos<br />
Un artículo que salió en la revista Time dejó una imagen imborrab<strong>le</strong> en mi mente:<br />
era la imagen de un pequeño niño que estaba sentado solo en una habitación,<br />
mirando fijamente un caramelo. Esta extraña foto capta con precisión lo que a veces<br />
siento en mi lucha por confías que Dios se va a encargar de mi futuro estado civil.<br />
El tema del artículo no tenía nada que ver con <strong>las</strong> <strong>citas</strong> – ni con el caramelo.<br />
Se trataba de una investigación que se había realizado referente a los niños y<br />
comenzaba diciendo lo siguiente:<br />
Resulta ser que un científico puede predecir el futuro solo por observar la manera<br />
que los niños de cuatro años de edad se relacionan con un caramelo. El investigador<br />
invita a los niños, uno por uno, a una habitación vacía, donde comienza el suave<br />
tormento.<br />
- Puedes comerte el caramelo ahora si así lo deseas – <strong>le</strong> dice al niño – pero si<br />
esperas a que yo regrese de un mandado, te podrás comer dos. Entonces el<br />
investigador se marcha.<br />
54