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Escuela de Ciencias Biológicas - Pontificia Universidad Católica del ...

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científica. Los restos <strong>de</strong>l equipo <strong>de</strong><br />

genetistas y biólogos moleculares<br />

que aíslan el ADN <strong>de</strong>l monstruo<br />

espacial al que llamamos “Alien”, se<br />

hallan ya secos y olvidados en alguna<br />

nave espacial a la <strong>de</strong>riva. ¡Merecido<br />

lo tienen estos científicos orgullosos<br />

y ambiciosos! Cómo no olvidar<br />

al equipo <strong>de</strong> expertos en biología<br />

molecular que logra reconstruir el<br />

genoma completo <strong>de</strong> <strong>de</strong>cenas <strong>de</strong> especies<br />

extintas <strong>de</strong> dinosaurios para<br />

su <strong>de</strong>sastroso Parque Jurásico.<br />

Quizás no todo es tan malo en el<br />

mundo <strong>de</strong>l celuloi<strong>de</strong>. Por ahí hay algún<br />

científico que resulta ser una persona<br />

equilibrada o hasta el héroe <strong>de</strong> la<br />

película. El apuesto y aventurero Dr.<br />

Indiana Jones (Harrison Ford) o el<br />

parco y eficiente Dr. Spock (Leonard<br />

Nimoy) son dos buenos ejemplos. En<br />

la literatura también hay personajes<br />

heroicos <strong>de</strong> la ciencia. Por ejemplo,<br />

Hari Seldon, el salvador <strong>de</strong> la humanidad<br />

en la novela Fundación <strong>de</strong><br />

Isaac Assimov, o Eleanor Arroway, la<br />

atractiva y valiente astrónoma en la<br />

novela Contacto <strong>de</strong> Carl Sagan. Assimov<br />

y Sagan tenían una sólida formación<br />

científica y no es sorpresa que<br />

sus personajes hayan sido retratados<br />

como benefactores <strong>de</strong> la humanidad.<br />

Pero no se pue<strong>de</strong> esperar lo mismo <strong>de</strong><br />

aquellos directores <strong>de</strong> cine que lamentablemente<br />

se empecinan en ensalzar<br />

lo iluso y ficticio en <strong>de</strong>trimento <strong>de</strong> lo<br />

concreto y real.<br />

En la mayoría <strong>de</strong> las películas<br />

que se transmiten a diario, el científico<br />

es retratado como un ser torpe,<br />

inepto, ridículo y malicioso. El<br />

científico es el primero en caer en<br />

<strong>de</strong>sgracia u ocasionar un <strong>de</strong>sastre<br />

por su ineptitud y curiosidad. Caos<br />

que es solo revertido en or<strong>de</strong>n por<br />

la heroica intervención <strong>de</strong> algún<br />

bruto con metralleta. Esta imagen<br />

universal <strong>de</strong>l científico y la ciencia,<br />

promovida principalmente por la<br />

televisión, pue<strong>de</strong> filtrarse en la conciencia<br />

colectiva e inevitablemente<br />

irradiarse en falta <strong>de</strong> comprensión<br />

32 Nuestra Ciencia n.º 12 (2010)<br />

y apoyo al <strong>de</strong>sarrollo científico, a<strong>de</strong>más<br />

<strong>de</strong> repeler a las mentes jóvenes<br />

lejos <strong>de</strong> la ciencia.<br />

Quizás la única característica<br />

en común entre estos personajes<br />

imaginarios (p. ej. Frankenstein,<br />

Moreau, Brundle) y el científico<br />

<strong>de</strong> carne y hueso (p. ej. Darwin,<br />

Newton, Maxwell) sea su increíble<br />

entusiasmo y energía para perseguir<br />

un objetivo <strong>de</strong>terminado, pese<br />

a todas las contrarieda<strong>de</strong>s que se<br />

presentan en la vida. La mayoría <strong>de</strong><br />

científicos son personas normales<br />

como cualquier otra, sujetos a las<br />

mismas necesida<strong>de</strong>s y sentimientos,<br />

y con iguales aptitu<strong>de</strong>s y <strong>de</strong>fectos.<br />

Hay científicos elegantes y elitistas,<br />

otros que prefieren la moda causal y<br />

la vida sencilla. Hay científicos que<br />

son figuras reconocidas, otros que<br />

prefieren la soledad <strong>de</strong> sus laboratorios.<br />

Hay científicos ricos y científicos<br />

pobres, científicos guapos y<br />

científicos feos, científicos comunicativos<br />

y científicos callados. En fin,<br />

hay para todos los gustos, similar a<br />

la inmensa gama que ofrece la humanidad.<br />

Sin embargo, los distingue<br />

un credo particular, aquel que<br />

pregona el amor por la verdad.<br />

Es profundamente negativo y<br />

preocupante que la imagen <strong>de</strong>l científico<br />

se vea distorsionada por los<br />

medios <strong>de</strong> comunicación. “El mensaje<br />

<strong>de</strong>l cine y la televisión es que<br />

la ciencia es peligrosa y nunca trae<br />

nada bueno”, así lo manifestó Carl<br />

Sagan, creador <strong>de</strong> la serie televisiva<br />

Cosmos y prolífico escritor <strong>de</strong> ciencia<br />

popular. La niñez y juventud se<br />

ven expuestas <strong>de</strong>s<strong>de</strong> muy temprano<br />

a un lavado sistemático <strong>de</strong>l cerebro.<br />

Son las películas, que distorsionando<br />

la realidad, menosprecian el conocimiento<br />

y hacen <strong>de</strong>l bruto musculoso<br />

el héroe y mo<strong>de</strong>lo por seguir.<br />

A diferencia <strong>de</strong> lo que nos pintan<br />

en las películas sobre el científico<br />

incompetente y <strong>de</strong>structor,<br />

son en cambio, las socieda<strong>de</strong>s y las<br />

confluencias socio-económicas las<br />

causantes <strong>de</strong> las peores creaciones,<br />

monstruosida<strong>de</strong>s y horrores <strong>de</strong> la<br />

historia. La ambición económica y<br />

expansionista <strong>de</strong>l imperio nipón en<br />

las décadas <strong>de</strong> 1930 y 1940, coadyuvada<br />

por la locura nazi, dio lugar a la<br />

<strong>de</strong>senfrenada carrera <strong>de</strong> los EEUU<br />

por <strong>de</strong>sarrollar la bomba atómica, y<br />

abrir así un portal para la extinción<br />

<strong>de</strong> nuestra especie y el fin <strong>de</strong> la civilización.<br />

Fue un grupo <strong>de</strong> científicos<br />

los que <strong>de</strong>sarrollaron la bomba, pero<br />

fueron las socieda<strong>de</strong>s humanas y sus<br />

gobiernos las que dieron lugar a este<br />

proceso <strong>de</strong> virtual auto<strong>de</strong>strucción.<br />

La inquisición con sus millares <strong>de</strong><br />

víctimas, la <strong>de</strong>strucción <strong>de</strong> las torres<br />

gemelas, las guerras en el Medio<br />

Oriente, son todos flagelos que<br />

tienen una causa común, pero para<br />

estos casos es fácil sostener que la<br />

ciencia no es la culpable. Al contrario,<br />

la ciencia nos libera <strong>de</strong> las ca<strong>de</strong>nas<br />

<strong>de</strong> la superstición e ignorancia,<br />

es una luz en la oscuridad.<br />

Es triste que la mayor parte <strong>de</strong>l<br />

presupuesto <strong>de</strong>stinado a la investigación<br />

en el mundo se lo haga en el<br />

marco <strong>de</strong>l <strong>de</strong>sarrollo armamentista y<br />

militar. Los científicos tenemos una<br />

responsabilidad moral con nuestro<br />

trabajo, pero como en cualquier otra<br />

actividad o profesión, no escapamos<br />

a las tentaciones y distracciones impuestas<br />

por la sociedad mo<strong>de</strong>rna. La<br />

sociedad actual se fundamenta en<br />

los frutos <strong>de</strong> la ciencia. Des<strong>de</strong> los<br />

axiomas matemáticos en las raíces<br />

<strong>de</strong> la historia, hasta la biología molecular<br />

<strong>de</strong> nuestros días, es en el cultivo<br />

<strong>de</strong> la ciencia en don<strong>de</strong> encontraremos<br />

respuestas a los problemas<br />

que nos aquejan. Pero todo progreso<br />

solo será posible en una sociedad<br />

consciente. Una sociedad que exija a<br />

gobiernos y empresa privada el uso<br />

responsable <strong>de</strong> los exiguos recursos<br />

<strong>de</strong>stinados a investigación y <strong>de</strong>sarrollo<br />

tecnológico. La ciencia es capaz<br />

<strong>de</strong> crear monstruos y héroes, pero<br />

la <strong>de</strong>cisión final está en todos como<br />

sociedad.

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