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Harry Potter and The Deathly Hallows - Gif Animados

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CAPÍTULO 30. EL DESPIDO DE SEVERUS SNAPE 347<br />

“Yo puedo actuar desde aquí,” dijo Flitwick, y aunque apenas podía ver fuera, apuntó con<br />

la varita a través de la ventana rota y empezó a murmurar conjuros de enorme complejidad.<br />

<strong>Harry</strong> oyó un extraño ruido de precipitación, como si Flitwick hubiera desatado el<br />

poder del viento en los jardines.<br />

“Profesor,” dijo <strong>Harry</strong>, que se acerba al pequeño Profesor de Encantamientos. “Profesor,<br />

siento interrumpirle, pero es importante. ¿Tiene alguna idea de dónde está la diadema<br />

de Ravenclaw?”<br />

“... Protego Horribilis... ¿la diadema de Ravenclaw?” chilló Flitwick. “Un pequeño<br />

extra de sabiduría nunca viene mal, <strong>Potter</strong>, pero no creo que pudiera ser de mucha utilidad<br />

en esta situación.”<br />

“Sólo quise decir... ¿sabe dónde está? ¿La ha visto alguna vez?”<br />

“Verla. ¡Nadie la ha visto desde que tengo memoria! Hace mucho que se perdió, chico.”<br />

<strong>Harry</strong> sintió una mezcla de decepción desesperada y pánico. ¿Qué es entonces, el<br />

Horrocrux?<br />

“¡Nos reuniremos con usted y sus Ravenclaw en el Gran Vestíbulo, Filius!” dijo la<br />

profesora McGonagall, llam<strong>and</strong>o por señas a <strong>Harry</strong> y Luna para que la siguieran.<br />

Justo habían alcanzado la puerta cu<strong>and</strong>o Slughorn habló con tono sordo.<br />

“¡Dios mio!,” resopló, pálido y sudoroso, su bigote de morsa temblaba. “¡Qué jaleo!<br />

No estoy del todo seguro de que esto esa inteligente, Minerva. Seguro que va a encontrar<br />

la forma, sabes, y todo el que haya intentado retrasarle estará en el más grave de los<br />

peligros...”<br />

“Les esperaré también a usted y a los de Slytherin en el Gran Vestíbulo en veinte<br />

minutos.” dijo la profesora McGonagall. “Si desea irse con sus alumnos, no le detendremos.<br />

Pero si hace algún intento de sabotaje a nuestra resistencia o de levantarse en armas en<br />

nuestra contra nosotros en el interior del castillo, entonces, Horacio, será un duelo a<br />

muerte.”<br />

“¡Minerva!” dijo, horrorizado.<br />

“Ha llegado el momento de que la Casa de Slytherin decida sobre sus lealtades,”<br />

interrumpió la profesora McGonagall. “Vaya y despierte a los estudiantes, Horacio.”<br />

<strong>Harry</strong> no se quedó para observar el balbuceo de Slughorn. Él y Luna permanecieron<br />

detrás de la profesora McGonagall, quien había asumido una posición en medio del pasillo<br />

y alzado la varita.<br />

“Piertotum... oh, por el amor de Dios, Filch, ahora no...”<br />

El anciano conserje había entrado en su campo de visión coje<strong>and</strong>o, y grit<strong>and</strong>o<br />

“¡Estudiantes fuera de sus camas! ¡Estudiantes en los pasillos!”<br />

“¡Se supone que tienen que estarlo, idiota balbuceante!” gritó McGonagall. “¡Ahora<br />

váyase y haga algo constructivo! ¡Encuentre a Peeves!”<br />

“¿P-Peeves?” tartamudeó Filch como si no hubiera oído nunca antes el nombre.<br />

“¡Sí, Peeves, no se haga el tonto, Peeves! ¿No se ha estado quej<strong>and</strong>o de él durante un<br />

cuarto de siglo? Vaya y tráigalo, enseguida.”<br />

Filch evidentemente pensó que la profesora McGonagall se había vuelto loca, pero<br />

marchó coje<strong>and</strong>o, con los hombros caidos, murmur<strong>and</strong>o por lo bajo.

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