15.05.2013 Views

El Arte de bendecir. Para vivir espiritualmente la vida cotidiana

El Arte de bendecir. Para vivir espiritualmente la vida cotidiana

El Arte de bendecir. Para vivir espiritualmente la vida cotidiana

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

72 EL ARTE DE BENDECIR<br />

todas nuestras re<strong>la</strong>ciones, todas nuestras percepciones sensoriales.<br />

En cierto modo, cada uno <strong>de</strong> nosotros crea su propia<br />

realidad cada día, en cada instante, con su forma propia<br />

<strong>de</strong> percibir y <strong>de</strong> <strong>de</strong>finir <strong>la</strong>s cosas.<br />

Una amiga americana me dio otro ejemplo <strong>de</strong> <strong>la</strong> subjeti<strong>vida</strong>d<br />

fundamental <strong>de</strong> toda experiencia. Nos ilustra cómo<br />

una simple <strong>de</strong>c<strong>la</strong>ración <strong>de</strong> <strong>la</strong> verdad, mantenida con una<br />

convicción absoluta, pue<strong>de</strong> transformar una situación<br />

extrema y aparentemente sin salida, y <strong>de</strong>sembocar incluso<br />

en bendición <strong>de</strong>l agresor.<br />

Una <strong>de</strong> sus amigas, joven, rubia y bonita, <strong>de</strong>cidió atravesar<br />

el Central Park <strong>de</strong> Nueva York a media noche... y a<br />

pie. A nadie que esté en su sano juicio y conozca Nueva<br />

York se le ocurriría hacer algo parecido. Hasta los policías<br />

armados suelen ir por allí en coche o a caballo, y siempre<br />

<strong>de</strong> dos en dos. Pero aquel<strong>la</strong> joven tenía esa fe tan fuerte y<br />

tan simple que tras<strong>la</strong>da <strong>la</strong>s montañas y, sobre todo, veía en<br />

cada persona a un hijo <strong>de</strong>l Creador, fueran cuales fueran<br />

sus apariencias exteriores.<br />

En un momento dado, se produjo lo «inevitable». En<br />

un recodo <strong>de</strong>l camino se precipitó sobre el<strong>la</strong> un hombre<br />

que estaba escondido tras un arbusto, <strong>la</strong> arrojó violentamente<br />

al suelo y empezó a <strong>de</strong>sgarrar sus vestidos con<br />

intenciones <strong>de</strong>masiado evi<strong>de</strong>ntes. Bloqueada por su agresor,<br />

<strong>la</strong> joven lo miró con aplomo y le repitió varias veces,<br />

con toda c<strong>la</strong>ridad y calma: «Tú eres hijo <strong>de</strong> Dios». Totalmente<br />

impresionado y <strong>de</strong>sconcertado, aquel individuo se<br />

marchó murmurando algo entre dientes. ¡Cabe preguntarse<br />

qué iría diciendo!<br />

Aquel<strong>la</strong> joven quizá no había oído hab<strong>la</strong>r nunca <strong>de</strong>l arte<br />

<strong>de</strong> ben<strong>de</strong>cir. Pero <strong>de</strong>sarmar a un vio<strong>la</strong>dor potencial con una<br />

simple afirmación <strong>de</strong> <strong>la</strong> verdad constituye ciertamente una<br />

<strong>de</strong> <strong>la</strong>s bendiciones más po<strong>de</strong>rosas y eficaces <strong>de</strong> que tengo<br />

referencia.<br />

LA REGLA DE ORO 73<br />

¿No será el amor incondicional el comportamiento<br />

normal y racional <strong>de</strong> quienes han integrado <strong>de</strong> verdad <strong>la</strong><br />

i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> que el hombre y el universo es (y no «son») uno?<br />

Si todo es expresión infinita <strong>de</strong> un Principio <strong>de</strong> amor infinito,<br />

como subrayan ciertos textos <strong>de</strong> <strong>la</strong> literatura mística<br />

<strong>de</strong> todos los tiempos, no pue<strong>de</strong> haber separación por<br />

ningún <strong>la</strong>do.<br />

¡Pero <strong>vivir</strong>lo es harina <strong>de</strong> otro costal!

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!