abr.-jun. 1968 - Publicaciones Periódicas del Uruguay
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DARlO<br />
RUIZ GOMEZ<br />
PERO MARGARITA<br />
RESTREPO,<br />
l. DONDE ESTAS?<br />
y debido a la falta de grasa o a quién<br />
sabe qué, se escucha un ruido molesto. Como<br />
si-el automóvil no se deslizara sobre<br />
los naumáticos sino sobre los rines pelados.<br />
Una v otra curva así. Y ahora que ya comien;a<br />
el aU'iomávil a penetrar en el área<br />
<strong>del</strong> pueblo, ¿seguirá allí el templete aquel?<br />
y ¿seguirá pintado de rojo? O ¿estará pintado<br />
de otro color? -que ya se sabe lo<br />
que son los alcaldes-o Y ¿h<strong>abr</strong>án por fin<br />
pavimentado la plaza? ¿Toda la explanada<br />
que queda enfrente <strong>del</strong> atrio? Que ante!!<br />
era un· solo pelado amarillo, con algu.!10S<br />
yerbajos mustios y sus cagajones secos y<br />
frescos· y en todo caso el tierrero aquel.<br />
y también los papeles y las boñigas -cáscaras-<br />
vástagos, etc. Despojos de pudibundos<br />
y ajeireados domingos. (Y después toda<br />
la semana, la solitaria plaza con los pape·<br />
les revoloteando al aire de la tarde, sola,<br />
en algún punto, la figura de un policía. Y<br />
nada más. Y la lluvia sempiterna humedeciendo<br />
tejados, paredes, la plaza también.<br />
La sempiterna lluvia de este pueblo borrando<br />
el eco <strong>del</strong> domingo, la bulla <strong>del</strong><br />
domingo, la difusa imagen de los tenderetes<br />
<strong>del</strong> domingo). Y ¿h<strong>abr</strong>án terminado la<br />
Casa Cural? y ¿la alcaldía?, con su línea<br />
moderna: bloquehierático. Sin gracia (así<br />
tenía que ser) "los nuevos tiempos". Sólo<br />
eso co'ino el presente (tal vez): de lo de<br />
ahora. Lo demás, igual (?) los vetusios aleros<br />
de siempre, la desigual geografía pueblerina,<br />
las mismas callejuelas o ¿no? Y<br />
¿aquella calle será la misma?, nostálgica<br />
calle aquella, sí, el estrecho y empinado<br />
camellón con sus aceras de piedra a modo<br />
de anchos escalones y allá al final <strong>jun</strong>to<br />
a la tapia de la enredadera, la casa, la<br />
casa suya. De Margarita Restrepo. Aquel<br />
espacio blanco de la tapia y después las<br />
azules ventanas. La casa, arriba, como el<br />
faro <strong>del</strong> pueblo; y el ancho portalón, la<br />
amplia acera, el limpio frente encalado (los<br />
postigos abiertos y adentro como una quietud,<br />
como un repentino fluir de la voz de<br />
Margarita Restrepo. Viviendo, sin duda, su<br />
voz en el amplio ámbito de la casa: como<br />
la flor, como el aroma de la flor). Y ¿cómo<br />
esto.rá ahora Margarita Restrepo? ¿Cómo<br />
mirarán ahora sus ojos? ¿Que son de un<br />
pálido color verde?, el otro tiempo aquel,<br />
el de sus cuadernos y sus garabatos y los<br />
dibujos de Simón Bolívar y las miradas furtivas<br />
en la misa de domingo,. así: tiempo<br />
de Margarita - joven -Margarita- niña,<br />
de diciembre -Margarita y Margarita- vacaciones<br />
y alocadas carreras por la calle<br />
aquella, en lo aVo de la voz su nombre. Y<br />
¿seguirán los diciembres siendo iguales?<br />
¿Tendrán las voces infantiles la misma resonancia?<br />
¿Guardarán su húmedo .encanto<br />
los lugares <strong>del</strong> recuerdo? ¿Cómo será la<br />
Margarita Restrepo de ahora? Y ¿seguirá<br />
siendo su casa aquella casa? -la suyala<br />
casa; de aquel zaguán de inmaculado<br />
suelo y el patio aquel de nítidos olores,<br />
aquella floración, aquel variado muestrario<br />
de colores, entrevistos apenas. Observado<br />
fugazmente, y los corredores, pero ¿cómo?<br />
¿alguna novena? ¿alguna insólita invitación<br />
para traspasar las puertas de aquella fortaleza?<br />
¿para penetrar en el recinto de su<br />
voz, de su olor? ¿en el lugar de su sueño?<br />
Con la batatilla floreciendo en los eneros,<br />
desparramándose por tapias y tejados aquel<br />
sinfín de cálices rosados. Y ¿seguirá la tapia<br />
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