Año 9, t. 11, 5a. entrega (1901) - Publicaciones Periódicas del ...

Anales de la Universidad 767
en los parágrafos precedentes. Vamos, pues, á incluir algunas
breves consideraciones al respecto, con lo cual habremos completado
la materia de este capitulo y terminado la exposición
doctrinaria que constituye el objeto de la primera parte
del presente ESTUDIO.
Una observación de carácter general y previo cabe hacer
sobre el asunto que ahora va á ocuparnos y es, que dada la
diversidad de servicios que la Administración presta y la variedad
correlativa de los órganos que los desempeñan, el procedimiento
de que tratamos debe forzosamente afectar formas
tan distintas como diversos son aquellos órganos y servicios,
siendo por consiguiente de todo punto imposible toda reglamentación
general y detallada sobre la materia. Por eso no
se conoce hasta el presente ninguna ley de ese objeto y condiciones,
habiendo fracasado las tentativas hechas para conseguirla.
Se observa así que la España que ya en 1879 se
habia propuesto formularla creando para ese y otros fines
una Junta de reformas administrativas con el encargo especial
de proyectarla, sólo consiguió reunir en la ley de 19 de
Octubre de 1889 algunas bases para los reglamentos procesales
que la misma ley mandó formar para cada Ministerio.
Algo de eso y por la misma razón es también lo único
que nosotros podremos hacer aquí, debiendo además prescindir
de los modos de ejecución de los actos administrativos
en el desempeño oficioso de la función de administrar, as^
como también de las disposiciones de orden puramente interno
de las oficinas, y limitar nuestras indicaciones á los
trámites ó formalidades que directamente se relacionan con
la intervención de los particulares en los expedientes que se
signen con la Administración, ya sean incoados por ésta misma
ó por iniciativa de aquéllos. Es esa la parte del procedimiento
administrativo que más estrechamente se refiere al asunto y
propósitos fundamentales de este Tratado.
Y entrando desde ya en materia, no necesitamos mencionar
como la indicación más general que al respecto puede
hacerse y una de las primeras condiciones á observarse, la re-