ciencias de la vida

Estrategias biológicas para
luchar contra la leishmaniasis
El grupo de la Facultad de Biología de la Hispalense dirigido por el profesor Francisco Javier Ávalos trabaja en
la producción de sustancias procedentes de hongos con interés biotecnológico para mejorar la producción de
ciertos cultivos. Una de estas sustancias es la bikaverina, potencialmente útil para tratar la leishmaniasis, una
enfermedad transmitida por la picadura de un mosquito que provoca úlceras en la piel. Esta investigación está
financiada con 178.500 euros por la Consejería de Economía, Innovación y Ciencia de la Junta de Andalucía.
Centro:
Universidad de Sevilla
Área:
CVI
Código:
CVI 2813
Nombre del proyecto:
Producción de giberelinas
y bikaverinas por el hongo
Fusarium fujikuroi: desarrollo
de nuevas estirpes y
aplicaciones biotecnológicas.
Contacto:
Francisco Javier Avalós Cordero
avalos@us.es
Dotación:
178.500 euros
Algunos tipos de hongos son muy
apreciados en la cocina. A otros, no
se los venera entre fogones, aunque
sus cultivadores también trabajan
enfundados en batas blancas. No
son cocineros, sino científicos. En
la Facultad de Biología de la Universidad
de Sevilla el grupo que dirige
el profesor Francisco Javier Ávalos
está obteniendo importantes resultados
en la producción de giberelinas
y bikaverinas a través del hongo
Fusarium fujikuroi. Las giberelinas
son hormonas vegetales con aplicaciones
para la agricultura. Las bikaberinas
tienen actividad antibiótica
frente a protozoos. En colaboración
con el grupo del profesor Antonio
Osuna, de la Universidad de Granada,
los biólogos de la Hispalense han
encontrado la forma de aumentar
la producción de estas moléculas,
mientras que los investigadores de
la Universidad de Granada comprueban
su potencial para curar
una enfermedad, la leishmaniasis,
transmitida por un mosquito, que
originariamente afectaba a perros,
pero que en los últimos años, y sobre
todo en países de clima mediterráneo,
como España, también daña
a los humanos. Sus síntomas más
habituales son úlceras en la piel.
El profesor Ávalos detalla el proceso
de investigación: “El proyecto
cubre la producción de dos tipos de
sustancias químicas de interés aplicado
secretadas por el mismo hongo:
giberelinas y bikaverinas. Las primeras
son hormonas vegetales, que
se usan para aumentar la producción
de diferentes cultivos. Las segundas,
que centran el Proyecto de
Excelencia y en las que trabajamos
junto al grupo del profesor Antonio
Osuna, de la Universidad de Granada,
tienen actividad antibiótica
frente a protozoos y proporcionan
nuevas formas de tratamiento de la
enfermedad de la leishmaniasis”,
asegura Ávalos.
Ávalos explica, en primer lugar, la
parte de la investigación referente
a la producción de giberelinas. “Estamos
en contacto con la empresa
Bioflour Sur, que explota una patente
desarrollada por nuestro propio
grupo de investigación, en colaboración
con los grupos de investigadores
Enrique Cerdá-Olmedo (Universidad
de Sevilla) y Alejandro F.
Barrero (Universidad de Granada)
sobre producción de giberelinas alternativas
de interés en la agricultura.
La empresa ha demostrado sus
efectos beneficiosos, y pretende sacar
al mercado un producto que pueda
beneficiar a diferentes cultivos
de la agricultura andaluza”, explica
y añade que trabajan actualmente
en el desarrollo de nuevas estirpes
de hongos que permitan mejorar la
producción de dichas giberelinas
alternativas.
El biólogo detalla algo más en qué
consiste la colaboración entre los
dos grupos de trabajo andaluces.
“Nosotros nos encargamos de la
producción de bikaverinas. Se las
proporcionamos a Granada y ellos
analizan sus propiedades biológicas.
Aunque los análisis se llevan a cabo
por razones evidentes en perros, la
enfermedad puede afectar también
al ser humano, lo que confiere un
interés especial al desarrollo de
nuevos métodos de tratamiento de
la enfermedad.
Los protozoos que constituyen la
base de esta enfermedad son muy
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