You also want an ePaper? Increase the reach of your titles
YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.
Estaba radiante, y yo más, de verlo tan contento. El<br />
amor es así...<br />
Llega el gran día. En casa de su madre, mi suegra,<br />
están sus hermanas y ella vestidas de celeste<br />
con las camisetas oficiales del club.<br />
Desde una habitación aparece Diego con una camiseta<br />
para mí. Por suerte era de mi talla y, debo<br />
reconocerlo, el celeste me queda bastante bien.<br />
Ya instalados en el estadio, después de hacer fila<br />
por una hora, ansiosos porque se inicie el partido<br />
contra Palestino por el torneo de la Copa Chile.<br />
El árbitro, bastante buenmozo, por cierto, da el<br />
pitazo inicial y empieza la fiesta. Fueron 90 minutos<br />
de puro salto, gritos, canciones y mucho garabato<br />
contra quien se cruzara frente a un crack celeste.<br />
Diego estaba feliz por el triunfo de su O’Higgins<br />
querido, junto a su barra amada, su familia y yo, el<br />
único novio que lo ha entendido y compartido su<br />
pasión por el fútbol. Y eso a mí me hacía feliz.<br />
Lo pasé increíble. Incluso el intermedio a puro<br />
completo y papas fritas, aun consciente de que<br />
era una bomba de calorías, eran un manjar para<br />
la ocasión.<br />
Y así sucedieron más visitas al estadio. Incluso<br />
viajamos a Viña del Mar y Santiago apoyando a<br />
nuestro equipo ¡¡¡Sííí, nuestro equipo!!! Ya me sentía<br />
celeste de corazón. Tanto así, que mi regalo de Navidad<br />
fue una camiseta con mi nombre estampado;<br />
55