Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
88<br />
mientras sus amos se divierten en esta típica tarde<br />
deportiva dominical.<br />
El árbitro llama a los capitanes de cada equipo,<br />
tira una moneda al aire, se define quién parte, la<br />
dirección en que atacará cada uno y se da el pitazo<br />
inicial. Una banda de bronces ameniza el ambiente.<br />
15:00 horas, un fuerte temblor detiene el partido<br />
oficial y la improvisada pichanga de los cabros<br />
chicos. Después de los comentarios correspondientes<br />
se reinicia el partido y la pichanga. Se escuchan<br />
gritos de aliento, carcajadas y uno que otro insulto<br />
al señor árbitro. La banda de bronces sigue tocando<br />
sin descanso y los parroquianos están cada vez<br />
más contentos y dicharacheros y las chiquillas de<br />
las ramadas más risueñas y coquetas.<br />
15:15 horas. Los caballos se muestran inquietos<br />
y tratan de zafarse de sus amarras, los perros que<br />
estaban comiendo las sobras del comistrajo aúllan<br />
y arrancan con la cola entre las piernas, las gallinas<br />
del vecindario cacarean y revolotean asustadas,<br />
los corderos balan, los chanchos gruñen y las vacas<br />
mugen inquietas. El reino animal está alborotado<br />
sin motivo aparente. De pronto empieza de nuevo a<br />
temblar, primero suavemente y luego cada vez con<br />
más fuerza, se escuchan tenebrosos ruidos subterráneos,<br />
los caballos rompen sus amarras y el resto de<br />
la fauna aumenta sus voces onomatopéyicas huyendo<br />
despavorida en distintas direcciones.