Álora, La bien cercada - José María Lopera

CÓRDOBA
En la mezquita, entre las columnas rojas y blancas
Vi al primer Califa camino a la oración. Se asemeja a un halcón y así lo
llaman,
hasta los establos del cielo lo conocen.
Estreché las manos del orgullo, abracé el rostro de la gloria,
me sonrió con su majestad y con su fe su imagen brillaba como una estrella.
He aquí el tercer Califa: Nuzair cuando se autoproclama Soberano de Córdoba.
Con honor despliega su grandeza y el baluarte en la cumbre lo protege del
enemigo.
Va arrastrando el ruedo de su manto (las melodías de Oriente lo acompañan)
Cuando la luz de los faroles ilumina, rota.
Aquí está “Al Hakkam” el orgulloso califa
En la biblioteca que construyó, innumerables libros
Abrazando el pájaro del arte como si fuera un regazo femenino.
He aquí a Ibn Rushd, el filósofo, observando el monumento que le erigieron,
Mira el libro que sostiene con sus manos y el nombre que le dieron: Averroes
Se para a su lado y el ave de la amistad revolotea
Acompañando a Maimónides, guía de todo perplejo, a través de las cúpulas
en su camino encuentran a Abenzaidún el poeta
Cuando está cortejando a su amada Wallada
Vuelvo a contemplar el techo de oro y mármol
Huelo el perfume de las alturas en su cúspide
Y al fin casi me sumerjo en una oración.
Acompaño desde lejos los verdes tonos de la nostalgia
Que se extienden o repliegan. Las cavidades de mi corazón
vieron llegar al primer Califa su turbante fue la corona y el caballo su ruta
Reconocí desde lejos la ciudad Azahara
Y todos me oyeron decir: La paz sea contigo Azahara
La paz sea contigo, Córdoba Córdoba de la fe, Córdoba de mis ancestros!
Traducción del árabe:
Autor del poema
FARUQ MAWASI
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