090-AZFEBRERO2015

AlmaMater
Es importante
que nuestras
lenguas
originarias
tengan un papel
más activo en
el plano escrito,
por ejemplo,
en las escuelas
bilingües en
zonas indígenas
del país.
Vivimos en un mundo moderno y cambiante
que nos exige actualizarnos y adquirir
nuevos conocimientos para responder a las
necesidades de nuestra sociedad. Aprender
un idioma nos ayuda a estar mejor preparados
para enfrentar nuestra realidad y nos abre
las puertas para participar en otras sociedades
parecidas o diversas a la nuestra (en sociedades
multilingües, por ejemplo).
Hay diferentes motivos por los cuales se
decide tomar un curso de lengua extranjera.
En algunos casos es un requisito, por ejemplo,
a los alumnos de licenciatura en México
se les exige tomar cierto número de semestres
del idioma inglés para graduarse. No
obstante, también hay alumnos que estudian
otro idioma porque les gusta, les interesa y
tienen motivación para hacerlo ya que quieren
viajar, estudiar o laborar en el extranjero
y expandir su red social. En fin, conocen los
beneficios que tiene aprender inglés u otra
lengua.
Basándonos en comentarios de muchos
estudiantes de italiano, nos atrevemos a decir
que este idioma se estudia —la mayoría
de veces— por iniciativa propia, por piacere
(por gusto o placer), por curiosidad, por su
belleza, porque suena bonito, por su similitud
al español, por la cultura, la comida, etcétera.
El italiano, al igual que todos los idiomas,
es bello porque una lengua no solamente es
un código o un conjunto de palabras. Cuando
hablamos de lenguas también nos referimos a
sus hablantes.
El gusto por un idioma es cuestión de
preferencias, lo cual es válido y positivo, pero
recordemos que ninguna lengua es inferior
lingüísticamente. Esta idea vale la pena transmitirla
en nuestra clase.
En uno de nuestros cursos de español
como segunda lengua —en el contexto canadiense—,
el primer día de clase preguntamos
a los estudiantes por qué lo estudiaban y uno
de nuestros alumnos respondió: “Estudio español
porque me encanta, porque es el idioma
más bonito del mundo, amo el español. Sí, el
inglés es mi lengua materna, pero es horrible.
No me gusta, es frío”.
Seguimos escuchando respetuosamente
las diferentes respuestas y no contradecimos
ninguna, al final del cuestionamiento mencionamos:
“Agradecemos que hayan decidido
tomar el curso de español. Nos gusta mucho
su entusiasmo y motivación hacia él. Estamos
seguras de que será un excelente curso. Sí, el
español es idioma agradable, así como el inglés.
Recordemos que el inglés es un idioma
que nos abre las puertas a muchas oportunidades
y que en algunos casos es el idioma
de algunos de nuestros familiares y amigos,
¿verdad Hablar de una lengua es hablar de
personas y, lingüísticamente, todos los idiomas
son bellos y merecen nuestro respeto”.
A través de nuestros métodos de enseñanza
promovimos esta idea y al final del
curso repetimos la misma pregunta: “Chicos,
¿por qué estudian español” Con mucha curiosidad
por saber en especial lo que pensaba
el alumno que dijo que su lengua materna
era horrible y esta vez respondió: “Estudio
español porque me encanta, porque aprendo
mucho, porque ahora sé cosas culturales que
no sabía y ahora hasta me gusta mi propio
idioma, el inglés. Me gusta porque representa
a mi gente”.
Fue interesante ver que la clase de español
no solamente reafirmó su gusto por la segunda
lengua sino que también influyó positivamente
en su opinión hacia su lengua materna.
Ahora, su actitud era positiva y de respeto.
Como suele decirse popularmente: “Matamos
dos pájaros de un tiro”.
Insistimos, la lengua y el aprendizaje de ésta
deben ser una herramienta para el desarrollo
personal y progreso social. Conocer y usar una
l2 debe implicar cambios positivos en nuestra
vida, además de modificar ciertas percepciones
que tenemos de los demás. El proceso de
enseñanza y aprendizaje de un idioma es enriquecedor
tanto para el docente como para
el alumno porque ambos “salen ganando”, es
decir, ambos aprenden y se benefician. Aprender
es ampliar nuestros horizontes y respetar
las diferencias lingüísticas y culturales de
los demás.
Fotos: Cuartoscuro.
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