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11. Fundación

Una de las características más interesantes de la novela es que se trata de un futuro muy lejano, decenas de miles de años en el futuro pero con condiciones netamente humanas. En este futuro la humanidad se ha extendido por toda la Galaxia adoptando una forma de gobierno imperial llamado el Imperio Galáctico el cual por extensión, tanto en tiempo como en espacio, comienza a corromperse y estancarse en cuanto a nuevos conocimientos científicos asumiendo que todo lo que el hombre puede o debe descubrir ya está hecho.

Una de las características más interesantes de la novela es que se trata de un futuro muy lejano, decenas de miles de años en el futuro pero con condiciones netamente humanas. En este futuro la humanidad se ha extendido por toda la Galaxia adoptando una forma de gobierno imperial llamado el Imperio Galáctico el cual por extensión, tanto en tiempo como en espacio, comienza a corromperse y estancarse en cuanto a nuevos conocimientos científicos asumiendo que todo lo que el hombre puede o debe descubrir ya está hecho.

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Los ojos de Sutt brillaron sardónicamente.<br />

— No hay forma de preguntarlo. El mayor cuidado de la <strong>Fundación</strong> es<br />

conservar su reputación de poder en toda la Periferia. ¿Cree que podemos perder<br />

tres naves y reclamárselas?<br />

— Bueno, en ese caso, ¿qué le parece si me dijera lo que pretende de mí?<br />

Jorane Sutt no perdió tiempo en el lujo de molestarse. Como secretario del<br />

alcalde, había rechazado o aplacado a consejeros de la oposición, a solicitantes de<br />

empleo, a reformadores y mentecatos que pretendían haber resuelto<br />

completamente el curso de la historia futura, tal como la había planeado Hari<br />

Seldon. Con un entrenamiento como éste, era muy difícil alterarlo.<br />

Dijo, metódicamente:<br />

— Un momento. Fíjese, la pérdida de tres naves en el mismo sector y el<br />

mismo año no puede ser accidental, y la energía atómica sólo puede ser conseguida<br />

con más energía atómica. La pregunta que se plantea automáticamente es: si<br />

Korell tiene armas atómicas, ¿dónde las obtiene?<br />

— ¿Dónde?, eso es lo que yo digo.<br />

— Hay dos alternativas. O los korellianos las han construido ellos mismos…<br />

— ¡Mala deducción!<br />

— ¡Muy mala! Pero la otra posibilidad es que nos hallamos ante un caso de<br />

traición.<br />

— ¿Lo cree usted así? — La voz de Mallow era fría.<br />

El secretario dijo con calma:<br />

— No hay nada extraordinario en esta posibilidad. Desde que los Cuatro<br />

Reinos aceptaron la Convención de la <strong>Fundación</strong>, hemos tenido que enfrentarnos<br />

con grupos considerables de poblaciones disidentes en todas las naciones. Todos<br />

los antiguos reinos tienen sus pretendientes y sus antiguos nobles, que no pueden<br />

amar a la <strong>Fundación</strong>.<br />

Quizá algunos de ellos se hayan decidido a actuar.<br />

Mallow había enrojecido.<br />

— Comprendo. ¿Hay algo que quiere decirme? Soy smyrniano.<br />

— Lo sé. Es usted smyrniano… nacido en Smyrno, uno de los antiguos<br />

Cuatro Reinos. Es un hombre de la <strong>Fundación</strong> únicamente por educación. Por<br />

nacimiento, es usted un extranjero. Sin duda, su abuelo fue barón en tiempo de las<br />

guerras con Anacreonte y Loris, y sin duda las propiedades de su familia<br />

desaparecieron cuando Sef Sermak hizo una redistribución de la tierra.<br />

— ¡No, por el Negro Espacio, no! Mi abuelo fue hijo de un navegante de<br />

sangre roja que murió transportando carbón a sueldos bajísimos antes de la<br />

<strong>Fundación</strong>. No debo nada al antiguo régimen. Pero nací en Smyrno, y no me<br />

avergüenzo ni de Smyrno ni de los smyrnianos, por la Galaxia. Sus tímidas<br />

insinuaciones de traición no van a inducirme al pánico hasta el extremo de<br />

volverme loco por completo. Y ahora puede darme sus órdenes o hacer sus<br />

acusaciones. No me importa.<br />

— Mi buen maestro comerciante, no me importa un electrón que su abuelo<br />

fuera el rey de Smyrno o el mayor pobre del planeta. Le recité todo ese cuento de<br />

su nacimiento y sus antepasados para demostrarle que no me interesan.<br />

Evidentemente, no ha captado mi intención. Retrocedamos. Es usted smyrniano.<br />

Conoce a los extranjeros. Además, es comerciante y uno de los mejores. Ha estado<br />

en Korell y conoce a los korellianos. Allí es donde tiene que ir.<br />

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