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11. Fundación

Una de las características más interesantes de la novela es que se trata de un futuro muy lejano, decenas de miles de años en el futuro pero con condiciones netamente humanas. En este futuro la humanidad se ha extendido por toda la Galaxia adoptando una forma de gobierno imperial llamado el Imperio Galáctico el cual por extensión, tanto en tiempo como en espacio, comienza a corromperse y estancarse en cuanto a nuevos conocimientos científicos asumiendo que todo lo que el hombre puede o debe descubrir ya está hecho.

Una de las características más interesantes de la novela es que se trata de un futuro muy lejano, decenas de miles de años en el futuro pero con condiciones netamente humanas. En este futuro la humanidad se ha extendido por toda la Galaxia adoptando una forma de gobierno imperial llamado el Imperio Galáctico el cual por extensión, tanto en tiempo como en espacio, comienza a corromperse y estancarse en cuanto a nuevos conocimientos científicos asumiendo que todo lo que el hombre puede o debe descubrir ya está hecho.

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— Así lo ha sido siempre, en efecto. Seguramente recuerda usted el caso de<br />

Askone, hace dos años. Primero les vendieron ustedes algunas mercancías y<br />

después su pueblo solicitó la completa libertad de los misioneros para que<br />

manejaran debidamente las mercancías; que se establecieran templos de la salud.<br />

Entonces se fundaron escuelas religiosas; se dictaron derechos autónomos para<br />

todos los oficiales de la religión y, ¿con qué resultado? Askone es ahora un<br />

miembro integral del sistema de la <strong>Fundación</strong>, y el gran maestre no puede decir<br />

que sea suya ni la camisa que lleva puesta. ¡Oh, no! ¡Oh, no! La dignidad de un<br />

pueblo independiente no puede soportarlo.<br />

— Nada de lo que usted ha dicho se parece siquiera a lo que yo sugiero —<br />

comentó Mallow.<br />

— ¿No?<br />

— No. Soy un maestro comerciante. El dinero es mi religión. Todo este<br />

misticismo y esas monsergas de los misioneros me molestan, y me alegro de que<br />

usted se niegue a favorecerlos. Le convierte a usted en mi tipo de hombre.<br />

La risa del comodoro fue espasmódica y franca.<br />

— ¡Bien dicho! La <strong>Fundación</strong> tendría que haber enviado a un hombre de su<br />

calibre mucho antes.<br />

Colocó una amistosa mano en el voluminoso hombro del comerciante.<br />

— Pero, hombre, no me ha dicho más que la mitad. Me ha dicho lo que no<br />

es la trampa. Ahora dígame lo que es.<br />

— La única trampa, comodoro, es que usted se verá cargado de inmensas<br />

riquezas.<br />

— ¿Realmente? — preguntó —. Pero ¿para qué quiero yo las riquezas? La<br />

verdadera riqueza es el amor del pueblo. Ya lo tengo.<br />

— Puede tener ambas cosas, pues es posible reunir el oro en una mano y el<br />

amor en la otra.<br />

— Eso, muchacho, sería un fenómeno muy interesante, si fuera posible.<br />

¿Cómo lo lograría usted?<br />

— Oh, de muchas formas. La dificultad consiste en escoger una. Veamos.<br />

Bueno, artículos de lujo, por ejemplo. Este objeto, por ejemplo… Mallow extrajo de<br />

su bolsillo interior una cadena plana de metal pulimentado.<br />

— Esto, por ejemplo. — ¿Qué es?<br />

— Eso se ha de demostrar. ¿Puede usted hacer que venga una muchacha?<br />

Cualquier jovencita servirá. Y un espejo, de cuerpo entero.<br />

— ¡Hummm! Vamos adentro, entonces.<br />

El comodoro se refería al edificio donde vivía como en su casa. El populacho<br />

indudablemente lo hubiera llamado palacio. A los objetivos ojos de Mallow, se<br />

parecía extraordinariamente a una fortaleza. Se elevaba sobre un promontorio que<br />

dominaba la capital. Sus muros eran gruesos y estaban reforzados. Sus alrededores<br />

se hallaban vigilados, y su arquitectura estaba destinada a la defensa. Era el tipo de<br />

morada apropiada, pensó amargamente Mallow, para Asper el Bienamado.<br />

Una muchacha se encontraba frente a ellos. Se inclinó profundamente ante<br />

el comodoro, que dijo:<br />

— Es una de las sirvientas de la comodora. ¿Servirá ?<br />

— ¡Perfectamente! El comodoro observó cuidadosamente mientras Mallow<br />

deslizaba la cadena alrededor de la cintura de la muchacha, y retrocedía.<br />

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