MARÍTIMOPOR MIGUEL ÁNGEL CASTILLO ORTIZTransporte marítimo:regresa a lo básicoLa crisis mundial ha movido las costumbres deltransporte marítimo y eso lo demuestra en susrutas, servicios y forma de operar durante elprimer bimestre de este año, llegando inclusoa retomar algunas prácticas que realizabanaquellos precursores de este sector.Las líneas navieras para el transportede contenedores empiezan su terceraño consecutivo con complicacioneseconómicas, provenientes de sus gastosde operación y, más recientemente, porla crisis financiera que ha contraído el consumoy por lo tanto la producción y movimientode insumos y productos terminadosa nivel mundial.Hace casi tres años, Ricardo ClaroValdés, cabeza de la naviera CompañíaSudamericana de Vapores (CSAV) y fallecido elaño pasado, señaló en un entrevista con estemismo medio que la razón por la que las compañíasmarítimas se encontraban reportandoresultados a la baja, aún cuando el volumende carga seguía creciendo, se debía, paradójicamente,a una época de bonanza previa.Decía el empresario que se trataba de“una crisis que proviene del éxito”, pues laindustria marítima en general obtuvo grandesutilidades durante 2004 y 2005 y se lanzaron alos diferentes astilleros del mundo a ordenarnuevas embarcaciones.Algunos más ansiosos y con más dinerocompraron a algunos de sus competidoresaumentando así su capacidad de una formamucho más expedita, como fue el caso de laadquisición de P&O Nedlloyd por MaerskSealand y de CP Ships por Hapag-Lloyd.¿Qué pasó? Que para 2007 la oferta debuques había crecido de tal forma que lo quesobraba era espacio a bordo de ellos, pues a estose sumó que en ese momento inició la era delgigantismo naval, con embarcaciones quesuperaban la ficción y eran capaces de trasladarhasta 11 mil TEUs.Esto provocó que los costos operativosempezaran a pesar para las líneas navieras,empezando por los servicios en puertos y posteriormente,por el agobiante precio del petróleo,teniendo en la eficiencia y menores estadías enatraque una respuesta a dichos problemas.Sin embargo, hoy se agrega una crisiseconómica que acentúa la capacidad ociosade la flota mundial y que ha obligado a estaindustria a cambiar sus operaciones, recortarrutas e incluso, amarrar buques.De vuelta a Marco PoloDesde que el contenedor se convirtió en puntade lanza para el transporte marítimo, no sehabía registrado una disminución en lademanda como la que se prevé para este año,que por primera vez vería una caída del ordende 3%, pues tan sólo en los últimos nueveaños, la carga contenerizada había crecido a40 <strong>T21</strong> I MARZO 2009
MARÍTIMOuna tasa anual de 9.3%, teniendo inclusopicos de hasta 20 por ciento.Dentro de la disminución de volúmenesla región más afectada y, por lo tanto,para la que se han tomado medidas más drásticas,es la de los tráficos entre Asia y EuropaDe acuerdo con The European LinerAffairs Association, en el último trimestre de2008 la carga tuvo un descenso considerable,sobre todo en los envíos de Asia a Europa,pasando de 1.08 millones de TEUs en octubrea 970 mil en diciembre; mientras en elsentido Europa – Asia cayó de 436 mil TEUsa 369 mil.Lo anterior ha llevado a las líneas aracionalizar sus servicios e incluso a navegarde una forma que en la época moderna sepensaba ya no sería posible: usar las rutasmás largas, aún a costa del tiempo.Dicha medida la han puesto en prácticaempresas como las que conforman la GranAlianza (OOCL, Hapag-Lloyd, NYK y MISCBerhad), las cuales sustituyeron las rutas queconectan a puertos europeos con los asiáticospasando por el Canal de Suez, que desde suinauguración en 1859 había sido el paso obligadopara las embarcaciones que realizabanestos trayectos.En lugar de eso, los buques ahora rodearántodo el continente africano haciendouna escala en Sudáfrica, lo que significaráque en lugar de los 41.5 días que se lleva detiempo realizar un trayecto entre Hamburgo,Alemania, y Hong Kong, ahora el tiempo seráde 55 días, pero con un posible ahorro dehasta 600 mil dólares por viaje.Esto hace un par de años sería impensable,dado los altos precios del petróleo quellegaron a rondar los 150 dólares por barril;sin embargo, si alguna ventaja tenía que proporcionarla crisis es que el costo de los energéticostambién se vino abajo, por lo que a lasempresas de transporte marítimo no les preocupatanto ya poner a trabajar más lasmáquinas.Asimismo, muchas navieras regresarána las rutas largas y sencillas en lugar de laserie de combinaciones o escalas directas parallevar carga a cualquier parte del mundo, lo