antepasados y que son como el reflujo detradiciones que nos alcanzan desde el fondo delos tiempos. Voy a tratar de explicarlo, aunque noquiero decir con esto, que sea una idea totalmentecierta e incontestable. Pero sí, ciertamente, es míexplicación. En primer lugar, está la cuestiónirrefutable de que las auténticas gachas solo sepueden guisar con las almortas, la leguminosaque recibe tantos nombres y en tantos lugares,que pude inducirnos a error cuando nos referimosa ella sin mencionar su nombre científico de“Tytus Látyrus”. Pero es el caso que en muypocos lugares recibe el nombre de “pitos”, comose les denomina en Villarrubia. Y ahí empiezanlas elucubraciones que me han llevado a imaginareste artículo. Ese nombre, el de “pitos” pareceesconder algún significado no del todo claro. ¿Sellamarían así los pitos con los que se acompañancierto tipo de bailes y cantes: por el chasquidoque produce el dedo corazón en el pulpejo de lamano.¿ Por ser su sonido parecido al que hacenlos “pitos” (almortas) cuando están en sazón y seabren espontáneamente, sobre todo al calor delsol. O, quizás, ocurría al contrario: que el sonidode los pitos hechos con los dedos hubieran”bautizado” al que produce esta leguminosa alabrirse. Recuerdo a éste respecto que en ciertaocasión, hallándome con un amigo “urbanita” enel campo, para gastarle una broma, le hice que meesperara en las proximidades de un “pitar,” y alcabo de unos momentos empezó a llamarmediciendo, bastante asustado, que “algún animal oalgo” (sic. se le iba acercando furtivamenteescondiéndose entre las plantas”, cuando empezóa percibir el sonido que hacían las vainas alabrirse. Hay que decir que “tocar los pitos “aalguien casi siempre tiene una connotaciónpeyorativa ó de alejamiento; recordemos alrespecto el tan castizo y despreciativo: “¡Date,Careto!” acompañado de tocar de pitos que al parque insulto proviene de una fórmula mágica paraalejar a las almas en pena. En “La Carátula,”paso” de Lope de Rueda, un personaje se burla yasusta a otro vistiendo una sábana a modo desudario y con el rostro oculto por una careta querepresenta la muerte y le da una cita en elcementerio, “con las “notomías, (los esqueletos)según la manera de hablar de Alameda, el simplede la función teatral. Ahora bien, el nombre decarátula viene de carátura, el maquillaje conpintura y afeites con los que se adornaban lasbrujas y los nigromantes. Hay, también unaamenaza de muerte, más o menos velada, en laforma de tocar los “pitos”, como advertimos en ellibro de “El Locho”, cuando entre las denunciaspresentadas en Villarrubia de los Ojos durante laviolentas pugnas que entre absolutistas yliberales tuvieron lugar en nuestro pueblo, llamaDESDE EL ÁRBOL GORDO Nº 9 – JUNIO 201240la atención una de ellas, en la que entre laindignación y el susto por lo que él interpretacomo amenaza mortal, una persona denuncia,poco más o menos:” … que el tal José Fernándezes uno de los que más baila de uniforme en laGlorieta y más nos toca los pitos…” Es decir queel acto de tocar los pitos se interpretaba todavíaentonces como una amenaza letal o, al menos,como un gesto relacionado con la muerte. Si aesto le añadimos que las leguminosas, tanapreciadas en el mundo romano, siempre seasociaron con el inframundo, nos podremos haceruna idea de que SÏ tiene que ver la costumbre deno comer gachas” en los días en que hay muerto,con” la harina de pitos”. Sobre todo siapuntamos que, aparte de los nombres de almorta,guijo, pito, muela, etc. a esta legumbre se laconocía en todo el mundo antiguo como “Muelade los muertos” en alusión a oscuras ceremonias ycostumbres relacionadas con la otra vida. Sepuede encontrar una explicación más convincentemediante el relato de un rito que practicaban losantiguos romanos en ciertos días del año, donde seaúnan casi todos éstos datos y que arroja algo deluz sobre la costumbre que nos han transmitidonuestros antepasados de obviar el consumo degachas de almortas en ciertas fechas. Se trata,como otras muchas veces, de una mezcla derecuerdos o tradiciones que se solapan yconfunden; los cuales, a pesar de su muchaantigüedad y un poco desvirtuados, han llegadohasta nosotros.Sería bueno advertir que los romanos pensabanque los espíritus de sus familiares (los manes),seguían cohabitando en cierta forma en sushogares y sino se les dedicaban ciertos rituales, seconvertirían en “larvas” o espectros malignos. Asípues, los días 9, 11 y 13 de Mayo, mes dedicado alos mayores, hay un texto que nos relata (descritapor Ovidio el gran escritor clásico contemporáneode los hechos) una ceremonia destinada a losmuertos de la familia(Los manes) y que apareceen un libro que guardo cuidadosamente y cuyotítulo es “Supersticiones de la Humanidad”,editado en 1.885. Dice así:”…Los nocturnos ysilenciosos Lemures se apaciguaban conofrendas. .Hacia medianoche, cuando el silencioinvita al sueño, cuando no se oía ni el ladrido deun perro, ni los cantos de las aves, el hombre fiel alos ritos antiguos y temeroso de los Dioses, dejabael blando lecho. Descalzo y HACIENDOCASTAÑETEAR LOS DEDOS, a fin deahuyentar las sombras que se habrían alzado a supaso sin hacer ruido, lavábase tres veces lasmanos en el agua de una fuente, metíase en laboca unas HABAS NEGRAS y volvíase luegoescupiéndolas y diciendo : “Arrojo estas habas ycon ellas me redimo a mí y a los míos”. Fórmula
que repetía nueve veces consecutivas sin mirarahacia atrás, convencido de que las sombras lasrecogían y continuaban su camino sin servistas…”. Como podemos apreciar el “tocar lospitos” (castañetear los dedos) ya se usaba comofórmula mágica en aquella época para neutralizarlas almas de los difuntos. De ahí el “Date, careto”de unos tiempos no tan lejanos, que tiene unatraducción más completa en el dicho de loscastizos madrileños de principios de siglo XXdirigido a las personas “pestosas” (molestas opesadas) y que era: “¡Espurria, que hueles aMondas!” a la par que se “castañeteaban losdedos”.La exclamaciòn “¡Espurria!”, desde luego es deinfinito desprecio y expresa el deseo de quealguien se aleje inmediatamente . Y, por supuesto,las “mondas”, literalmente son los cadáveres;mejor dicho, los despojos de los sepultados que sesacan de las tumbas cuando se “mondan” es decir,se desocupan y limpian para ser utilizadas denuevo. Añadiría, con mucho tiento, que loshispanos romanizados podrían haber usado laalmorta en lugar de las habas negras al ser la“muela de los muertos o” almorta, endémica de laPenínsula; pero creo que no hace falta abundarmás para el propósito de éste artículo.Resumiendo: Que desde muy antiguo, la almortaera considerada como una planta “oscura”. Queen días señalados se utilizaban ciertas legumbrespara escupirlas como conjuro hacia “las almas enpena”. Que se castañeteaban los dedos, o sea: se“tocaban los pitos” al iniciar el macabro ritual.Que tal ritual se efectuaba para que los muertosDESDE EL ÁRBOL GORDO Nº 9 – JUNIO 2012no” metieran mano” en los asuntos de los vivos.Poned todo eso en un recipiente que se llamamentalidad colectiva, agitadlo, dejadlo reposar porlos siglos de los siglos y veréis como la costumbrede no comer” gachas de harina de pitos porque“meten los dedos los muertos” pudiera tener, si nouna razón de ser, sí al menos una explicación. Yoparticularmente, aunque sólo sea por guardar latradición, esos días me conformaré con cualquierotra cosilla: “Chicha” de cordero frita con ajos,por ejemplo… En fin, que llegado el final de ésteartículo, caigo en la cuenta de que quizás heescrito sobre dos temas que, aunque no muyestrechamente, están ligados con el otro barrioPido disculpas y me prometo a mí mismo que lapróxima vez tratarán de algún tema más delmundo de los vivos. Y también me percato decómo nos traiciona el subconsciente en algunasocasiones. Por ejemplo, al releerlo para seguir elhilo de estas frases y terminar el artículo, me doycuenta de que localizo el ruido del zarampompóncuando se” sienten” por primera vez, (estosgolpes se” sienten” más que se oyen) en lacabecera de la cama. Y está muy bien defender anuestro duende “autóctono”, pero parece que loquiero elevar a la categoría de “fantasma decabecera”, como los médicos de familia hacealgún tiempo. Tampoco es eso…Las últimas palabras son para desear que os hayagustado este muy humilde ejercicio deimaginación. Como siempre, un fuerte abrazo devuestro paisano y sin embargo, amigo.41