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sumario - Bibliotecas Públicas

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a sus colegas de congregación al Monasterio dePiedra, para que la dieran a conocer, al principiono gustó, a causa de su sabor amargo, por lo quefue utilizado exclusivamente con finesmedicinales. Posteriormente, cuando a unasmonjas del convento de Guajaca se les ocurrióagregarle azúcar al preparado de cacao, ese nuevoproducto causo furor, primero en España y luegoen toda Europa. En esos tiempos mientras laIglesia se debatía sobre si esa bebida rompía o noel ayuno pascual, el pueblo discutía acerca de cuálera la mejor forma de tomarlo: espeso o claro.Para algunos el chocolate se debía beber muycargado de cacao, por lo que preferían elchocolate espeso, o sea a la “española “, paraotros, el gusto se inclinaba por la forma “ a lafrancesa “, esto es, más claro y diluido en leche.Los ganadores fueron los que se inclinaron por elchocolate cargado, por lo que la expresión lascosas claras y el chocolate espeso, se popularizóen el sentido de llamar a las cosas por su nombre.Entre nosotros, circulaba hace algunos años lavariante “las cuentas claras y el chocolate espeso”,usada en relación con las deudas (sobre todo dedinero) que suelen mantener las personas. Hayexpresiones de desagrado con las que se cierra unadiscusión o se despide a alguien molesto, una muydivulgada en el entorno puede ser “Que te denmorcilla”. Al parecer, esta expresión tiene suorigen en ciertos procedimientos higiénicosllevados a cabo en las ciudades. La rabia o lahidrofobia era una enfermedad muy común enotros tiempos y, en algunas ciudades, llegó aconvertirse en una verdadera epidemia. Setransmitía a través de perros y gatos, y hacía suparte la falta de costumbres higiénicas y la falta desalubridad de las aguas. De modo que lasautoridades decidían periódicamente eliminar alos perros y los gatos vagabundos que poblabanlas calles. Para ello se utilizaban morcillasenvenenadas, generalmente con estricnina. LaHistoria ha demostrado que, mediante esteprocedimiento, sólo se eliminaban estos animalespero no se erradicaba la rabia y, además, seaumentaba la posibilidad del cólera y otras pestesinfecciosas. Cuando se desea que a alguien le denmorcilla se desea que lo envenenen como a unperro callejero. Aunque a decir verdad, el dicho seha suavizado mucho a partir del olvido de suorigen primero. Llamar la atención de maneraimprevista, ser estrafalario, escandalizar,importunar, molestar, fastidiar, soncomportamientos singulares asociados a dichoscomo “Dar la lata”. En la prisión de Málaga seentregaba a los presos una lata de vino malo queproducía en los reclusos una embriaguez muypesada y molesta (sobre todo para los que nobebían). “Dar la matraca”. La matraca es unDESDE EL ÁRBOL GORDO Nº 9 – JUNIO 201243instrumento de origen árabe: consiste en unasaspas de madera y una patilla flexible, al girar elpalo, la matraca emite un sonido seco, áspero,fuerte y desagradable En algunas procesiones deSemana Santa de Castilla aún se utiliza, porqueera un instrumento conventual, se usaba parallamar a los monjes o despertarlos para maitines.De manera más usual en nuestro entorno es “Darla tabarra”. Se refiere, exactamente, al tabarrovariante de tábano, un insecto negro y gordo, algomayor que una avispa. Su picadura es muymolesta, sobre todo para las caballerías que seespantan y se duelen horrorosamente. Con ser uninsecto peligroso, el tábano resulta odioso por supertinacia y su zumbido irritante. En el mismosentido, se dice de una persona molesta que es unamosca cojonera, expresión que no necesitadisquisiciones ni aclaraciones. Engañar o estafar,dar o vender algo de calidad distinta a lo que sepida o se compra. “Dar gato por liebre”. Debía seruna costumbre bastante extendida, sobre todo entiempos de escasez, como la forma, la textura dela carne y el sabor tienen alguna semejanza, no eradifícil engañar a los incautos o a los que estabanmuy hambrientos, la mala fama de las posadas,hosterías y fondas respecto de la calidad de suscomidas. Era tanto el descrédito de estos lugares,que llegó a hacerse usual entre los comensales, lapráctica de un conjuro previo a la degustación, enel que aquellos, parados frente a la carne reciénasada, recitaban: Si eres cabrito mantente frito, sieres gato, salta al plato. Por supuesto este“exorcismo” nunca sirvió para demostrar laveracidad de la fama de la posada, pero dio origena la expresión dar gato por liebre, que con eltiempo se incorporó al lenguaje popular, comoequivalente de engaño malicioso por el que se daalguna cosa de inferior calidad, bajo la aparienciade legitimidad. De las cosas sorprendentes,curiosas o extrañas, se dice “Es la Caraba”. Seaplica en sentido positivo o negativo, a mediadosdel siglo XIX, en la feria de Sevilla, había unaatracción de feria que llamaba la atención de todoslos ciudadanos. En una de las casetas se anunciabaalgo extraordinario “La Caraba”, el que siempreestaba dispuesto a asombrarse lógicamenteentraba. Los vecinos de Sevilla pagaban elimporte de la entrada confiando en elsorprendente número que se les prometía. El casoes que en el interior de la tienda no había más queuna mula vieja y flaca y un caballo situado con lacola en el pesebre. Los visitantes preguntaban quéera la Caraba. Entonces el gitano propietario delos dos jumentos decía “Vea usté, señor, esta mulavieja es la que araba, pero ya no ara; y no dirá ustéque les he engañao con lo del caballo: tié la colaen el pesebre, que es donde los caballos corrientestién la cabeza”. Esta estafa muy conocida en

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