Revista 25 aniversario - eoi de salamanca - Junta de Castilla y León

capacidad para utilizarlo en las diferentes situaciones de
comunicación, tanto oral como escrita”. Este decreto
reflejaba lo que ya realizábamos los profesores de
escuelas en nuestras aulas.
Poco a poco fuimos adaptando las aulas para que los
alumnos pudieran trabajar por parejas o en grupo, ya que
en el enfoque comunicativo el alumno es el centro del
proceso de enseñanza / aprendizaje; lo que aprenda el
alumno, importa más que lo que enseña el profesor. El
alumno tiene que arriesgarse a cometer errores y a perder
el miedo al ridículo y a desarrollar el autoaprendizaje
fuera del aula. Finalmente, debo señalar que las
actividades comunicativas consiguen que el alumno tenga
autonomía e independencia en el uso de la lengua.
Afortunadamente, hoy en día tenemos métodos muy
completos que nos proporcionan todo lo necesario para
que el profesor se sienta cómodo, ya que podemos
encontrar buenos materiales audiovisuales, cultura del
país, literatura, juegos, reconstrucción de historias,
solución de problemas, etc. Al tiempo que nuestras
escuelas están dotadas de los últimos avances en la
enseñanza de idiomas, poseen buenas bibliotecas, centros
de autoaprendizaje, laboratorios, retro-proyectores y
actividades culturales que hacen más fácil la enseñanza
al profesor y más amena y variada al alumno. Desde la
creación de la Escuela Oficial de Idiomas de Las Rozas de
Madrid, yo tuve la satisfacción de ponerla en marcha
primero como coordinadora, dependiente de Jesús
Maestro, y más tarde como directora cuando fuimos
independientes, lo recuerdo como años de mucho trabajo
y de mucho aprendizaje ya que estaba todo por hacer.
Después de 8 años como profesora en la Escuela
Central de Madrid experiencia fantástica e inolvidable
junto a compañeros de los que aprendí mucho, me
proponían otra tarea igualmente interesante. Las nuevas
escuelas de Madrid contamos con la ayuda inestimable
de un inspector, D. Enrique Wolf, que se puso a nuestra
disposición para poner las escuelas en marcha, dándonos
valiosas recomendaciones como la necesidad de que
fuéramos flexibles en todo momento, ya que seríamos el
nexo de unión entre los profesores y el Ministerio de
Educación. Decidimos reunirnos periódicamente todos
los directores para intercambiar experiencias y unificar
criterios y así, poco a poco con nuestras propuestas, ir
mejorando las normas de las escuelas de idiomas. Fueron
años de arduo trabajo y de mucho aprendizaje, contando
siempre con la ayuda del equipo directivo de la escuela de
Jesús Maestro.
En cuanto a Las Rozas, comenzamos en un colegio
público únicamente con horario de tarde cedido por el
Ayuntamiento que corría con los gastos hasta la
“independencia”. Posteriormente nos mudamos a un
instituto de bachillerato que comenzaba, donde contamos
con espacios propios y aulas compartidas y por último
conseguimos un ala propia de un edificio multiusos que
edificó el Ayuntamiento donde, por fin, pudimos contar
con aulas propias, biblioteca y sala de profesores donde
todos juntos, unidos, conseguimos un espacio agradable
dotado de mobiliario moderno y todo lo necesario para
que la enseñanza y el aprendizaje fueran lo mejor posible.
Aquel verano, sin vacaciones, para tenerlo todo instalado
para el nuevo curso resultó agotador pero satisfactorio, ya
que conseguimos, ya con la Comunidad de Madrid,
dotación económica suficiente para que aquello no
pareciera un Instituto de Bachillerato, sino un moderno
edificio dedicado al aprendizaje de lenguas modernas, por
entonces, inglés, francés, alemán e italiano.
Durante años, nos dedicamos con ahínco, los directores
de todos los centros que se iban ampliando
paulatinamente, a luchar por ser tratados por las
administraciones, como centros diferentes a los de
Bachillerato, a tener normas propias, a discutir sobre la
Ley de Participación, evaluación y gobierno de los centros
y otras normas, creando, a tal efecto, comisiones de
escuelas de toda España, para conseguir distinguir
nuestras Enseñanzas Especializadas, y para evitar los
enfrentamientos con los Institutos. Discutimos el ROC
(Reglamento Orgánico de Escuelas), mandando nuestras
propuestas que se adaptaban a nuestras necesidades. Se
organizaron congresos en la escuela de Jesús Maestro
donde se trataron entre otros temas, la Evaluación y se
luchó con los Inspectores de Educación para que apoyaran
nuestras propuestas y conseguir normas por y para las
Escuelas que fueron coherentes con nuestras necesidades
tales como matriculación, validez del Certificado de
Aptitud, ingreso en las escuelas, horarios de los Centros,
exámenes, cambio de horarios, calendario escolar y que
preparábamos en nuestros claustros y Consejos Escolares.
Por otra parte, la gente nos conoció a través de, entre otros
medios, mis entrevistas en la radio y periódico local,
anuncios de exámenes en el periódico, la ayuda del
Ayuntamiento y claro está el boca a boca, así como
nuestras actividades culturales, que estaban abiertas al
público, nuestras excursiones para visitar el Centro de
Satélites cercano o la Royal Shakespeare Company que
actuó en Madrid y conseguimos reunir a más de 100
alumnos en un autobús para verlos. Otras de las cosas que
recuerdo con cariño fue nuestras actividades teatrales que
realizamos con un grupo de alumnos voluntarios de todos
los cursos y cuyos logros fueron impresionantes.
Nuestros “sketches”, que ensayábamos durante meses y
que luego se representaban al final del curso, les
proporcionó autoestima y confianza, fluidez y capacidad
de interactuar, aprender a proyectar la voz y a controlar el
movimiento corporal, que fue realmente estimulante para
los alumnos. En fin, creo que ya me he alargado
demasiado, pero cuando ahora miro atrás, creo que ha
merecido la pena.
Aquí estoy en la Escuela de Salamanca, como alumna
de francés e italiano ya que no pude estar como profesora
por no haber plaza, pero debo decir que mis dos últimos
años de enseñanza, que me enviaron a la escuela de
Valladolid, que aunque fue duro, mereció la pena
encontrar a tanta gente maravillosa que conocí en ese
centro. Doy las gracias a mi profesora Caridad
Alburquerque, por su invitación para que colabore en la
revista y a Carmen, la directora, por éste estupendo
centro, ya que compartimos reuniones y luchas en el
pasado.
Leo González de la Torre. 1º B NB Francés