22VIRGINIDAD Y CELIBATO, HOYdespués, la propuesta de estímulos teórico-espirituales, junto conindicaciones psicopedagógicas tomadas tanto de la investigacióncomo de la experiencia. En este punto he buscado luz en el magisteriode los padres, fuente segura de sabiduría humana y cienciainspirada, redescubriéndolos cada vez más –no sin una ciertasorpresa, desde el punto de vista del psicólogo– como grandes conocedoresde nuestro mundo interior y de su misterio, tanto de losrecursos como de las contradicciones del corazón humano. He recurridotambién a pasajes de autores modernos que han sabidoconjugar de modo convincente la realidad antropológica y teológicadel amor en general y del celibato por el Reino de los cielosen particular.Por último, cada capítulo concluye con un breve texto poético–a veces semejante a «finísimos hilos de luz mística», como afirmaV. Volpini– de un autor poco conocido (el fraile capuchino M.Peirano 1 ). La decisión de concluir de este modo cada reflexión vaunida al convencimiento de que la poesía es la inteligencia delamor; de que con la poesía se pueden decir cosas indecibles, alcanzarprofundidades o alturas que, de otro modo, serían inaccesibles,o expresar sentimientos y estados de ánimo e imágenes quela prosa... no sabría decir. Y la virginidad y el celibato son esencialmentepoesía, o pertenecen a la poesía de la vida, es decir, aaquella dimensión en la que no funciona sólo la lógica exclusivamenteracional y calculadora, donde lo que es necio, débil e imposiblepara el hombre puede convertirse en gracia y manifestacióndivina.Si una virginidad no llega a ser poesía, es renuncia miserable.El libro ha sido concebido dentro de una concepción unitariadel camino de formación religiosa y presbiteral. Estamos conven-1. M. Peirano, piamontés de origen, vocación adulta que previamente había realizadoestudios técnicos, religioso capuchino de la región de Le Marche,muerto prematuramente, fue un poeta por instinto, que encontró de modoparticular en la poesía el instrumento ideal para describir su camino interiory cantar la pasión de su amor a Cristo. La colección de poesías que citaremosal final de cada capítulo se titula La via dell’amore (Forlì 1985). Me hetomado la libertad de poner a las poesías citadas un título, tomado normalmentedel texto mismo.
INTRODUCCIÓN 23cidos de que, en definitiva, sólo hay un modelo de formación o, entodo caso, una relación de continuidad entre el momento formativoinicial y las fases existenciales posteriores; y que, por tanto, talmodelo tiene que ser aplicado en las diferentes etapas por el educadorde sí mismo, que adaptará y discernirá en cada momento. Eltexto quiere ser, en efecto, un instrumento que esté esencialmenteal servicio de la formación permanente del mundo sacerdotal y dela vida consagrada.En este sentido, propone sobre todo un método y no sólo unoscontenidos; un método que consiste, sustancialmente, en aquellaestructura primera indicada, como un orden (ordo) de reflexiónpersonal, de verificación constante y puntual que pone en primerlugar la palabra de Dios, para dejarse escrutar por ella hasta en lasprofundidades inconscientes de la persona, también con la ayudade las ciencias humanas, y a la luz inspirada de nuestros hermanosmayores (los padres, como hemos dicho), pero también de quieneshan vivido la misma aventura de la virginidad en esta tierra; y, porúltimo, concluye con la «poesía virgen», como una expresiónorante-adorante.Toda persona virgen o célibe tendría que aprender este método,pues no puede haber otro, para vivir cada vez mejor la ofrendadel propio cuerpo y de la propia sexualidad al Dios del amor.Los capítulos son doce, uno por mes, a lo largo de un itinerarioideal que podría durar un año; un año, justamente, de formaciónpermanente de la propia virginidad por el Reino de los cielos; o,de todos modos, un tiempo adecuado de revisión sistemática y decrecimiento de la propia opción virginal o celibataria. Una eleccióncomo ésta necesita esta atención constante e inteligente.Por último, el subtítulo. A alguien podría parecerle un poco extraño,casi irreverente o, cuando menos, impropio. Lo explicaremossegún vayamos avanzando, y particularmente en el capítulo7, cuyo título contiene precisamente la misma expresión: sexualidadpascual 2 . Por el momento, diremos sólo esto: la virginidad esante todo sexualidad, no su negación, sino sexualidad que ha pasadoa través del misterio de la Pascua, que ha superado el examen2. Es el capítulo 7.
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