Introducción - Editorial Sal Terrae

26VIRGINIDAD Y CELIBATO, HOYLa sustancia de la opción virginal, su «corazón» o parte vital, es elamor. La elección virginal consiste esencialmente en el amor, empiezay se consuma amando, nace del descubrimiento contemplapicade quien ha recibido como don el carisma de la virginidad porel Reino, por la Iglesia y en el mundo, y es llamado a vivirlo segúnla vocación particular del instituto al que pertenece o comopresbítero de una Iglesia local.En este sentido una madurez afectiva básica es, por una parte,condición fundamental, como una tierra buena, para acoger tal carisma;por otra, es consecuencia de ella, como un fruto.1. Significado fundamentalTratemos de dar ahora una especie de definición descriptiva, antetodo, de la virginidad por el Reino de los cielos, sin ninguna pretensiónde llegar a decir todos los elementos que entran en juego enuna opción que, en cualquier caso, sigue envuelta en el misterio.Ser vírgenes por el Reino como consagrados/as significa:amar a Dios por encima de todas las criaturas(= con todo el corazón, con toda el alma y con todas las fuerzas),para amar con el corazón y la libertad de Diosa todas las criaturas,sin ligarse ni excluir a ninguna(= sin proceder con criterios electivo-selectivosdel amor humano),sino, por el contrario, amando en particulara quien siente más la tentación de no sentirse amableo, de hecho, no es amado.Intentemos descomponer los elementos más significativos dela propuesta, tal y como surgen de este intento de definición y sinprofundizarlos todavía.1.1. Sustancia: el amor