ITINERARIO HISTÓRICO DE LA GASTRONOMÍA DOMINICANA328ITINERARIO HISTÓRICO DE LA GASTRONOMÍA DOMINICANA329La receta de la salsa de guavaberry la describe Byas de la siguiente manera:«En una olla pequeña derretir dos cucharadas de mantequilla, quitar delfuego. Echar 1/2 taza de azúcar, remover, añada las 4 cucharadas de maicena.Luego la taza de agua y la cucharada del licor de guavaberry, remover todonuevamente. Poner al fuego cocinar y remover hasta que esté espeso y burbujeante».Y concluye: «Esta salsa sirve para bañar pudines cuyos sabores vanbien con la salsa de guavaberry. También se puede usar en panes de frutas como«Apple Bread (Pan de Manzana), Banana Bread (Pan de Guineo)»La obra de Byas contiene un recetario de los platos más relevantes de estacocina, en los cuales se manifiestan no sólo las influencias culturales mencionadaspor ella, sino también los aportes que a la síntesis de la cocina criollaha hecho la culinaria cocola. Fórmulas por demás atractivas y originalespara la preparación de una ensalada de buen pan con bacalao, de aderezos demiel cremosa, para el arroz con guandules, las batatas caramelizadas con casquitosde guayaba, los bollos con molondrón, los dumplín, (especie de bollosde harina de trigo hervidos), los guisos de lambí, los pescados fritos, los guisosde pata de vaca, los estofados de lengua, de arroz y de vegetales, los bizcochosde zanahoria, las galletas de maní, los muffins de auyama, los conconetes,la cerveza de jengibre y una variedad de panes.Acerca de estos últimos, los panes, que ella recomienda para el desayuno,el almuerzo, la cena y el postre, dependiendo de la receta, cuenta y aconseja:«Cuando nos enseñaron a preparar el pan, parecía una ceremonia y quedamosintrigados, se nos decía: «Cierren las ventanas y las puertas». ¿Porqué? «porque no queremos una piedra en lugar de un pan. Las corrientes deaire retardan o hacen nulo el crecimiento de la levadura» Tras las fórmulaspara el pan casero, nos ofrece el de ciruela, el de guavaberry, el de nueces, elpan de la jornada (Journey Cake), el de guineo, el pan inglés y el democráticoyaniqueque tan versátil y tan discutido.Dice Byas sobre este último: «Hay que diferenciar los Jhonny Cakes: LosJhonny Cakes de los Indios de Norteamérica (E.U.A) Estos pueden ser horneados,cocidos en la estufa o hechos de estilo «Pancake». Los Jhonny Ca-kes de los Cocolos. Estos pueden ser fritos o asados como el «Journey Cake»(Pan de la Jornada) El Yani queque Criollo. Este se prepara frito y es menosgrueso que el Yani Queque Cocolo».El libro de Susana Byas es un valioso aporte a la culinaria criolla, pero esnecesario comprender que como en muchos otros libros de cocina, no todaslas recetas que en él se incluyen se encuentran presentes de manera habitualen la mesa dominicana. Buenos ejemplos de eso lo son el calalú, el fungí yel chocolate amargo.Por otra parte, y esto lo decimos con el mismo propósito, las recetas de distintosautores o de cocineros domésticos correspondientes a un mismo plato,pueden variar dependiendo de la capacidad económica, de la imaginación dequien las lleva a cabo o de la región geográfica de donde proviene. Por ejemplo,Juan B. Nina en su libro El origen de la cocina dominicana agrega, a la recetadel fungí, el coco, que pensamos que debe ser la leche de ese fruto.La cocina cocola muestra una indudable personalidad, auténtica por sucasta secular, con hitos indudables en la dieta común del dominicano. Además,legítimas razones la hicieron bienvenida en nuestro país, puesto que enella crecen raíces que encuentran abonado el terreno para poder entreverarsecon la gastronomía dominicana y desdoblar su influencia en nuevas invencionesde la culinaria criolla.LA COCINA DEL ORIENTE MEDIOLa inmigración árabe en nuestro país tiene nacional y enfática presencia.Venciendo interesadas maledicencias de ciertos núcleos económicos alarmadosy celosos por su diligente actividad comercial, los árabes decidieronarraigar su vida en la República Dominicana y hacer camino hacia el futuro.Libaneses, sirios y palestinos comenzaron a llegar a la República dominicanaen el último cuarto del siglo XIX y comienzos del siglo XX.A pesar de la diferencia lingüística, dos aspectos fundamentales de su tradicióncultural les facilitarían su adaptación en esta tierra: el hecho de quela mayoría eran cristianos y las facilidades que les ofrecían los alimentos que
ITINERARIO HISTÓRICO DE LA GASTRONOMÍA DOMINICANA331Kipes, tan popularesy callejeros comolos pastelitos ylas fritangas.se producían en el país para ellos poder reproducir buena cantidad de las recetasprincipales de su tradición gastronómica. Por uno de esos entretejimientosde la historia, de los cuales ya hemos hecho alusión anteriormente,muchos de los productos que los españoles trajeron a Santo Domingo a partirde 1493 habían sido llevados por los árabes a España durante los siete siglosque permanecieron en ese país.Berenjenas, repollos, hojas de parra, perejil, albahaca, cebolla, ajo, especias,hierbabuena, calabazas, espinacas, garbanzos, almendras, uvas, pasas,aceite de oliva, aceitunas, arroz, trigo, fideos, frutos secos, para no mencionarmás, reencontraron los árabes en Santo Domingo para poder dar continuidada sus hábitos alimenticios. Hábitos que les venían desde muy antiguo,desde antes de Cristo y, como en todas las gastronomías, con su razónde ser en las exigencias que imponen las circunstancias en que se desarrollala vida de los pueblos.Con su evolucionado paladar Mediterráneo, llegaron los árabes a Santo Domingo,revelando nuevas dimensiones gastronómicas. Poco tiempo tuvo quetranscurrir para que el kipe (kibbeh) frito, de forma romboide, fuera el compañerodel pastelito en la voz del pregón callejero y para que se convirtiera en picaderaasidua en cocteles de postín o en las tentadoras vitrinas alumbradas conbombillos, a fin de mantenerlos calientes, de cualquier pulpería, colmadón, panaderíao establecimiento de venta de alimentos preparados.Kipe crudo (naye), quipe al horno, rellenos de repollo, éstos últimos traducidospor los dominicanos sin ningún ánimo de antropología cultural pero sícon apetitosa ternura como «niño envuelto», junto a los rellenitos de hojas deparra, las berenjenas rellenas, el «tipile» (tabouleh), el tahine, suerte de puré decrema de ajonjolí ora mezclada con garbanzos ora con berenjenas asadas al carbóno al horno, son comidas árabes por demás conocidas por los dominicanos.Esos platos forman parte del «mezze», es decir, del hábito árabe de comenzarlas comidas con una serie de platillos. Sólo España, influenciada porel largo dominio árabe en que vivió, tiene muy acendrada una costumbre semejantecon sus famosas «tapas». El «mezze» brinda desde el tahine con gar-