Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
<strong>El</strong> <strong>cuerpo</strong> y <strong>la</strong> <strong>voz</strong> de Margarita Alexandre<br />
Vamos, que me mandaban al Tribunal de Orden Público de Madrid,<br />
y ahí es donde te zurraban. Lo que pasa es que antes me liberaron.<br />
Rafa movió Roma con Santiago, al Partido Comunista y a<br />
todo el mundo para que me sacaran de <strong>la</strong> cárcel. <strong>El</strong> pobre Rafa se<br />
pasaba <strong>la</strong> vida sacándome de algún lío, ¿comprendes? Siempre así.<br />
¿Cuánto tiempo estuviste?<br />
Estuve una semana, o algo así. Pero incomunicada, no veas. Ahí<br />
tuve suerte, porque Franco estaba ya mal. Era el mes de julio, y<br />
Franco se murió en noviembre de ese año. Había una sensación en<br />
España de que Franco se iba a morir, <strong>la</strong> gente se preguntaba qué iba<br />
a pasar después, y yo lo percibí. <strong>El</strong> pueblo es muy listo. Por ejemplo:<br />
los guardias civiles que me detuvieron en el aeropuerto de Má<strong>la</strong>ga<br />
fueron amables. Durante el camino hacia <strong>la</strong> cárcel me dijeron ―me<br />
l<strong>la</strong>maban señora―: Mire, señora, vamos a parar a comprarle un<br />
bocadillo, porque va usted a llegar tarde a <strong>la</strong> cárcel y ya no es <strong>la</strong><br />
hora de <strong>la</strong> cena. Detalles que, en lugar de ser brutales, son amables.<br />
Y tú lo vas percibiendo, ¿no? Tanto es así, que después de salir de<br />
<strong>la</strong> cárcel, cuando iba al aeropuerto para continuar el viaje que había<br />
quedado paralizado con este lío, se dio <strong>la</strong> casualidad de que los dos<br />
guardias que me detuvieron eran los mismos aquel día, pues estaban<br />
de turno. Y, c<strong>la</strong>ro, me reconocieron. Me <strong>la</strong>nzaron <strong>la</strong> frase: Señora,<br />
acuérdese de que hemos sido buenos con usted. O sea, te vas dando<br />
cuenta de que aquel<strong>la</strong> gente intuye que <strong>la</strong> cosa va a cambiar y que<br />
hay que tener a quien pueda dec<strong>la</strong>rar un día en tu favor. Eso es lo<br />
que me salvó. Si me ocurre un año antes… me meten en <strong>la</strong> cárcel,<br />
¿sabes?<br />
En cualquier caso, pronto te embarcaste en otra aventura, esta vez<br />
como coordinadora de producción: <strong>la</strong> pelícu<strong>la</strong> Operación Ogro de<br />
Gillo Pontecorvo. ¿Cómo surge este proyecto?<br />
Me entraron ganas de hacer algo otra vez. Yo entonces iba y venía<br />
a Roma, donde me puse en contacto con todos los directores, y se<br />
me ocurrió hacer Operación Ogro. La idea de <strong>la</strong> pelícu<strong>la</strong> nos <strong>la</strong> dio<br />
100