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<strong>El</strong> <strong>cuerpo</strong> y <strong>la</strong> <strong>voz</strong> de Margarita Alexandre<br />
a Moscú y estar en un hotel. Decidió hacer un viaje de veinte días<br />
a Moscú con unos amigos italianos que estaban en el engranaje de<br />
<strong>la</strong>s fábricas y demás. Fuimos los dos, y los Alberti nos ayudaron.<br />
Le dieron a Rafa una carta de recomendación para que <strong>El</strong>isa Rivas,<br />
que estaba allí desde <strong>la</strong> guerra, le ayudara un poco como intérprete.<br />
<strong>El</strong>isa era una de <strong>la</strong>s maestras que, siendo muy joven, acompañó a<br />
los niños del exilio y trabajaba mucho en Moscú. Conocía a todo<br />
el mundo y era <strong>la</strong> <strong>voz</strong> que todos oíamos en Europa: Aquí Radio<br />
Moscú, aquel<strong>la</strong> emisora que captabas para enterarte un poco de lo<br />
que pasaba. <strong>El</strong>isa era una mujer que hab<strong>la</strong>ba perfectamente ruso<br />
pero, como además era muy ejecutiva, pues orientó muy bien a<br />
Rafa en los ministerios. Final del cuento: Rafa encontró una vía y<br />
empezó a trabajar con Moscú llevando productos italianos a <strong>la</strong><br />
Unión Soviética. Y a partir de ahí floreció como una rosa, porque<br />
ganó millones y millones, ¿comprendes? Se le abrió un mercado,<br />
que a mí me parecía gigantesco, y le fueron muy bien los negocios.<br />
Como <strong>la</strong> Unión Soviética era un país tan descomunal, si, por ejemplo,<br />
compraban te<strong>la</strong>s, eran diez vagones llenos de te<strong>la</strong>s. Unos negocios<br />
increíbles.<br />
Vamos, como en <strong>la</strong> fiebre del oro.<br />
Fue increíble <strong>la</strong> historia de Rafa. Porque había acabado muy mal<br />
con Cuba por <strong>la</strong> burocracia, y, luego, en Moscú, hasta le permitieron<br />
tener un Alfa Romeo italiano y aparcarlo allí cuando iba. Para ellos<br />
era como un ser, en aquel momento, excepcional. Y, cuando iban a<br />
hacer negocios los burócratas cubanos del ministerio con los que<br />
había tenido problemas, y de repente veían que los rusos lo tenían<br />
como un dios, no entendían nada. Todo el mundo estaba en el mismo<br />
hotel, el Hotel Ucrania. Le veían ahí, y que andaba con un coche y<br />
que los rusos le tenían así... en el país de todas <strong>la</strong>s revoluciones, el<br />
padre de todas <strong>la</strong>s ideologías comunistas, resulta que este, al que,<br />
prácticamente, ellos habían echado...<br />
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