libro EMERGENCIAS PRÁCTICAS EN SALUD dr paz abril 2016-1

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Conviene que ella quite de la boca de la víctima dentaduras postizas, dientes artificiales, chicles de
mascar, algas marinas, espuma, moco, lodo y otros cuerpos extraños y al mismo sujete la lengua
fuera de la boca.
Puede también aflojar las ropas de la víctima alrededor del cuello y observar cuidadosamente el tórax
para saber el momento en que se presente la respiración espontanea.
Si la persona auxiliadora está sola, hará las maniobras mencionadas antes de iniciar la respiración
artificial y seguirá las siguientes recomendaciones:
Recomendamos:
No trate de sacar el agua de los pulmones o
del estómago de la víctima.
Mantenga a la víctima lo suficientemente
cubierta para que no presente trastornos por
la exposición del cuerpo.
No permita que los curiosos rodeen y
estorben el tratamiento de primeros auxilios.
No trate de hacer que la víctima ingiera
alguna sustancia por la boca mientras esté
inconsciente, pues, de lo contrario, se le
puede causar asfixia por obstrucción
respiratoria.
Es necesario continuar la respiración artificial
cuando menos durante cuatro horas, salvo
que se reinicie la respiración natural antes de
terminar dicho periodo o un médico calificado
que certifique que la persona está muerta.
Algunas personas se han reanimado incluso después de ocho horas de respiración artificial.
No interrumpa las maniobras de respiración artificial antes de cuatro horas de practicarlas,
incluso si la victima parece estar muerta. Todas las personas que han experimentado
interrupción de la respiración no tiene el mismo aspecto.
En algunos pacientes la cara tiene color morado, en
otros, está pálido y blanquecino. En casos de
intoxicación por monóxido de carbono, la piel suele
tener un color rojo cereza peculiar. En muchos casos
de interrupción de la respiración, el pulso es tan
débil que no puede apreciarse. A veces, después de
choques eléctricos, todo el cuerpo está rígido,
trastorno que a veces se interpreta erróneamente
como la rigidez de la muerte.
En consecuencia, es difícil juzgar si una persona
está viva o muerta y, en caso de asfixia, no siempre
se pueden aceptar indiscriminadamente los signos
corrientes de muerte.