libro EMERGENCIAS PRÁCTICAS EN SALUD dr paz abril 2016-1

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normal y de que no queden prótesis móviles dentro de capacidad bucal.
2. Flexionamos la pierna más próxima a nosotros hasta que forme un ángulo agudo [fig. H].
3. El brazo próximo lo extendemos y colocamos la mano – palma al suelo – debajo del glúteo
flexionado.
4. Tiramos suavemente de la otra mano hasta hacer girar noventa [90º] el cuerpo hacia atrás [fig. I].
5. La mano libre la colocamos debajo de la mejilla y volcamos la cabeza lentamente hacia atrás.
6. La mano quedó debajo del cuerpo la alejamos de él unos veinte [20cm.].
¿Cómo colocar a un accidentado en una camilla?
Hay dos maneras distintas de hacerlo.
1) Se ubica la camilla paralela al cuerpo de la
víctima y del lado contrario del que se
ubiquen los socorristas.
2) Tres de ellos se colocan al lado de la víctima.
3) Arrodillan una pierna, introducen sus manos
por debajo del cuerpo del accidentado y lo
levantan a la vez.
4) Otro coloca la camilla por debajo del cuerpo.
Método del puente
Tres socorristas se ubican de manera que el
herido quede entre sus piernas.
1) Uno pasa sus manos por las pantorrillas y los
muslos, otro por debajo de la cintura y la región lumbar, y el tercero por los hombros y la nuca.
2) A una voz, elevan el cuerpo de la víctima – manteniendo el eje horizontal – al mismo tiempo.
3) Un cuarto socorrista introduce la camilla por debajo del cuerpo del accidentado y entre las
piernas de los otros tres.
4) Con movimientos sincronizados, depositan el cuerpo en la camilla [fig. K].
¿Qué es la valoración secundaria?
Una de las cuestiones que se aprende en los cursos de primeros auxilios es comprobar el estado de
la víctima mediante la localización de todas sus lesiones.
Después de realizar la evaluación primaria, se hace una exploración rápida pero ordenada y detallada
de todo su cuerpo para ver si hay sangre, deformidades (bultos o huecos), secreciones (sudor, heces,
orina o vómitos), anormalidades en el color, temperatura y aspectos de la piel y más.
Para la exploración, se utilizan ambas manos. La exploración comienza por la cabeza (cráneo,
mandíbula e interior de la boca), luego sigue por cuello y hombros. En el tórax se exploran el esternón
y las costillas. Se observa la consistencia del abdomen (un abdomen rígido puede indicar una lesión
interna). También se constata o no la presencia de heces u orina. A continuación se exploran, las
piernas, comenzando por las caderas, siguiendo por el muslo, la rodilla, la pierna, el tobillo y los pies
(incluidos dedos). Por último, se observan las extremidades superiores, empezando por el brazo, el
codo y el antebrazo, pasando luego a las muñecas y manos (incluidos dedos).
Durante la exploración, el socorrista se detendrá en las partes más complejas y, ante una duda de
lesión en alguna de las extremidades, compara con la otra. La presencia de heces u orina pueden
indicar una lesión en la columna. Para valorar la movilidad, se le pide a la víctima que mueva los
dedos. También se presta atención al color de la piel, al sudor y la temperatura.