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trato de comunicarte a través de esto que escribo.(7)<br />
La dulce tarea a realizar, una vez que has recuperado al <strong>Niño</strong> Interno, es<br />
escucharlo frecuentemente, tomarlo en cuenta, jugar con él, consentirlo, mimarlo,<br />
protegerlo, defenderlo y amarlo como quizá nunca lo fue por sus padres reales en sus<br />
primeros añitos. No olvidarlo nunca más, no dejarlo, no abandonarlo jamás.<br />
Convertirlo en prioritario cada día de tu vida. Amarlo con pasión y devoción,<br />
exactamente como se ama a un hijo.<br />
Estaré pendiente de tu siguiente carta, y mientras tanto, vive en tu aquí y en tu<br />
ahora. Recuerda que —hayas vivido lo que hayas vivido— ESO YA PASÓ... ya<br />
sobreviviste. Ahora empieza el tiempo de retomar tu poder, de usar tus vivencias no<br />
para lamentarte sino como peldaños para elevarte y desarrollar tu mayor potencial.<br />
No olvides que eres hoy como eres, debido justamente a todas y cada una de las<br />
experiencias que te ha tocado vivir, si las viviste y te sucedieron, es porque así<br />
correspondía, para poder llegar a donde hoy estás emergiendo. Confía... ya llegaste.<br />
Un abrazo muy afectuoso,<br />
Margarita<br />
—Wow!— Dijo Perla cuando finalmente terminó de leer la amplia respuesta<br />
de Margarita.<br />
—Me hacen sentido muchas cosas que dice, pero ¡hay tanto que asimilar, que<br />
comprender! Siento un hueco en el estómago.<br />
—Sin duda, “me caen muchos veintes”... esto <strong>del</strong> abuso emocional, me duele<br />
mucho pero es muy cierto.<br />
Y al decir esto, comenzaron a agolparse en su mente una imagen tras otra de<br />
situaciones y eventos de su infancia que muy bien podrían enmarcarse dentro <strong>del</strong><br />
concepto de ABUSO.<br />
—Nunca lo había pensado así... Yo siempre me he sentido la culpable, la<br />
inadecuada, dijo mientras sentía un nudo en la garganta y los ojos se le llenaron<br />
de lágrimas.<br />
—A ver... entonces... si entendí bien, la primera herramienta —y al parecer la<br />
fundamental— que tengo que empezar a aplicar es:<br />
1) Apapachar a mi Niña Interna . ¡Claro, primero tengo que ir a su rescate!<br />
Esta noche lo haré. Lo prometo. ¡Qué interesante! ¡Qué bueno que le escribí a<br />
Margarita y que respondió, ¡gracias a la Energía Superior por este regalo!<br />
El resto <strong>del</strong> día estuvo muy pensativa, mientras crecía más y más el deseo de ir<br />
a rescatar a esa famosa pequeñita que, parecía ser, moraba en algún lugar dentro<br />
de ella...<br />
Esa misma noche, reunió sus fotografías de niña, y por largo rato estuvo