You also want an ePaper? Increase the reach of your titles
YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.
y observar las montañas desde arriba, así como los campos diminutos muy lejanos.<br />
De inmediato comenzó a llorar, al darse cuenta de lo que sucedía, reclamándole a su<br />
madre: Me dijiste mentiras, no es cierto, ¡¡¡sí vamos volando!!!<br />
Verdaderamente me quedé atónita al oír la sapientísima respuesta de su madre:<br />
¡No mi vida, cómo crees, claro que no vamos volando, vamos por la carretera!<br />
El niño lloriqueó por un rato más, completamente confundido, sin saber si<br />
confiar más en lo que su madre decía, o en lo que su percepción tan evidentemente le<br />
mostraba. Esta escena absurda, digna de Kafka —el famoso escritor checo que<br />
describe en sus obras un mundo complejo con reglas desconocidas que nunca se<br />
llegan a comprender— esta escena, repito, ha quedado en mi memoria como claro<br />
ejemplo <strong>del</strong> modo en que de repente pareciera como si los padres quisieran volver<br />
locos a sus hijos.<br />
Lo que me lleva también a reflexionar acerca de la gestación de la neurosis que<br />
en mayor o menor medida todos los seres tenemos hasta que trabajamos<br />
conscientemente, con amorosa disciplina, atención y paciencia hacia uno mismo,<br />
para resolverla.<br />
Nacemos con necesidades vitales que han de ser satisfechas para lograr<br />
desarrollarnos como seres humanos. Algunas son comer, dormir, respirar, eliminar,<br />
etcétera y una sin duda fundamental es la necesidad de ser amados y de amar, la<br />
necesidad de afecto.<br />
Así, el niño comienza a tener en vital estima el sentirse visto: ser tocado,<br />
reconocido, acariciado, pues esa precisamente es la manera en que el ser se irá<br />
creando una auto-imagen, una imagen de sí mismo; a través de lo que ve de él en el<br />
espejo que son sus padres, como ya lo hemos mencionado anteriormente.<br />
Cuando a un niño se le restringe el afecto y se le refleja una imagen negativa de<br />
él mismo, literalmente se seca como planta sin agua. Cuando constantemente se le<br />
dicen (en palabras o en acciones) cosas tales como “no te quiero, qué tonto eres,<br />
eres muy latoso, yo lo hago, tú no sabes... no, no, no”, se torna tímido y retraído, o<br />
agresivo y rebelde, o llorón y enfermizo, etcétera. Crece triste e inseguro, se siente<br />
inadecuado e indigno de ser amado y respetado. Va sintiéndose insuficiente y de<br />
poca valía.<br />
Cuando en cambio, se le refleja una imagen de alguien bello, valioso, amado, la<br />
personita al crecer va sintiéndose así, sabiéndose así.<br />
La realidad es que generalmente las cosas no son blancas o negras, sino con<br />
muchos matices intermedios, entonces vemos que los padres dan su amor, pero<br />
también lo retiran cuando el pequeño no cumple con la imagen idealizada de lo que<br />
según ellos el hijo debe ser, hacer o decir.<br />
¿Qué pasa cuando el niño siente que le retiran el afecto? Muchas veces deja de<br />
hacer lo que le sea natural hacer, para tratar de llenar la expectativa <strong>del</strong> padre o la<br />
madre, comenzando así el ciclo de falsearse a sí mismo, creando máscaras para dar<br />
la imagen que el adulto desea para otorgar amor y aprobación, dudando de lo que