Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
—Aguantar lo que sea, no dar lata y poner carita de niña linda, esa es la manera,<br />
decido internamente mientras desde afuera sólo se ve una niñita jugando “avión”.<br />
No quiero ser como esos niños groseros que gritan y se enojan, no quiero ser<br />
algún día como un ogro gritón. Me da miedo. Hay que ser tranquilita, calladita, hacer<br />
lo que los otros quieran. Esa es la manera. Esa es la forma para que me protejan,<br />
para que no me dejen. Lo adopto como mi mantra personal. Tengo siete u ocho años.<br />
Cuando mamá y papá se pelean, al día siguiente de la tormenta, mamá me narra<br />
todas las cosas horribles que papá le dijo y muchas veces termina diciéndome:<br />
“¡Pero un día de estos me voy a ir y no me va a volver a ver nunca más!”<br />
—¡No, mamá! ¡No te vayas a ir! ¡¿Y yo?! Exclamo asustada.<br />
No me contesta nada, de nuevo se ha sumergido en buscar una a una sus<br />
injurias... a veces me parece absurdo oírla cómo se <strong>del</strong>eita en sacarlas una a una y<br />
contemplarlas, como quien disfruta sacando la colección de hermosas joyas de un<br />
cofre de tesoros...<br />
—”¿Sabes qué me dijo anoche?” Me pregunta mientras la escucho perpleja y<br />
pasmada sin poder decirle que no quiero saber, que no me interesa, que me duele<br />
tanto oírlo... pero no, no digo nada, sólo la veo... sintiendo un gran lago de tristeza en<br />
mis ojos y una cueva oscura en mi corazón...<br />
— “Que tengo caca en el cerebro. Que a mí me parió una mula. Que un día de<br />
éstos me va a golpear. Que maldito el día que se casó conmigo. Que por eso va a<br />
buscar a otras viejas... Y también ¡fíjate qué desgraciado!, También me dijo...”. Y<br />
sigue, y sigue, y sigue...<br />
Yo la miro sintiendo cómo se me apachurra el corazón sin saber qué decir, qué<br />
pensar, cómo responder, sólo quisiera no estar, desaparecer... recuerdo al<br />
refrigerador una vez más...<br />
Por eso, cada vez que se pelean, cuando llego de la escuela y mamá no está<br />
corro con gran angustia hasta su clóset a ver si aún están sus cosas... respiro aliviada<br />
al comprobar que allí siguen... Sin embargo, un día no fue así.<br />
La noche anterior había sido particularmente áspera. Hubo muchos gritos e<br />
insultos... a la mañana siguiente mamá está muy triste, me arregla distraídamente, y<br />
con su tristeza pesando en mi corazón me manda a la escuela, viéndome sin verme.<br />
Cuando llego y no la encuentro, siento pánico nuevamente, corro escaleras arriba<br />
a abrir su clóset y siento un vuelco en el estómago y en el corazón, al ver que estaba<br />
vacío...<br />
Caigo de rodillas allí mismo y comienzo a sollozar, sintiéndome profundamente<br />
desamparada.<br />
—¡Mamá se fue y me dejó! ¡Sí fue cierto! ¡Sí fue cierto! ¿Quién me va a cuidar<br />
ahora? No recuerdo cuánto tiempo me quedo allí, en el suelo, hecha un ovillo en el<br />
desamparo, y llorando sin cesar, la zozobra <strong>del</strong> náufrago...<br />
Cuando papá regresa <strong>del</strong> trabajo y se entera de la novedad, primero se enoja,