Muy_Interesante_USA_2014-05
Muy interesante es una revista mensual de divulgación y ciencia popular, creada y publicada por el Grupo G+J España. Sus contenidos abarcan desde las ciencias biomédicas, la tecnología y la astrofísica; hasta la psicología, la prospectiva y la historia. La publicación se caracteriza por la variedad visual, fotográfica e infográfica, así como por un estilo periodístico y divulgativo accesible a cualquier lector. Sus lemas son "La revista para saber más de todo" y "Muy interesante: entretenimiento inteligente
Muy interesante es una revista mensual de divulgación y ciencia popular, creada y publicada por el Grupo G+J España.
Sus contenidos abarcan desde las ciencias biomédicas, la tecnología y la astrofísica; hasta la psicología, la prospectiva y la historia.
La publicación se caracteriza por la variedad visual, fotográfica e infográfica, así como por un estilo periodístico y divulgativo accesible a cualquier lector. Sus lemas son "La revista para saber más de todo" y "Muy interesante: entretenimiento inteligente
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MÉXICO AL DESCUBIERTO<br />
Otras islas para visitar<br />
El lago cubre una superficie de 260 kilómetros y tiene siete espléndidas<br />
islas donde aún se conserva mucho del idioma y las<br />
costumbres purépechas, en especial Jarácuaro, que de tan seco<br />
el lago ya está unida por tierra a Pátzcuaro mediante un puente. De ahí<br />
son los sombreros y las artesanías de palma más bonitas, y hay un templo<br />
que data del siglo XVI. Pero si lo que quieres ver son especies naturales, lo mejor es un<br />
viaje a La Pacanda, pues hay una pequeña laguna con patos, carpas y garzas. Junto se<br />
encuentra otra de las islas, más verde y tranquila, llamada Yunuén (que significa media<br />
luna), a la que se accede desde los muelles de Pátzcuaro y San Pedrito. Para ver a los últimos<br />
diestros pescadores con redes mariposa hay que ir a las islas urandenses.<br />
Disfraz de pescador<br />
Muchas leyendas se cuentan de este lugar,<br />
sobre todo durante la fiesta máxima<br />
el 1 de noviembre, cuando los habitantes<br />
revisten los panteones de regalos y<br />
ofrendas mientras las calles ven pasar<br />
grandes procesiones y la noche se ilumina<br />
con cirios y antorchas. La fiesta de<br />
estos días en Janitzio se proclama como<br />
una bienvenida a los “visitantes distinguidos”<br />
pues se cree que, entre velas,<br />
flores de cempasúchil, atole, papel picado<br />
y calaveras de azúcar, los muertos se<br />
dan permiso para regresar a la tierra por<br />
unas horas y caminar entre los vivos.<br />
Una triste historia, ésta sí de los vivos, es<br />
la de aquellos que actúan como pescadores:<br />
mientras en los años setenta una buena<br />
parte de los habitantes vivía de la pesca<br />
y sus derivados, desde hace varios años<br />
han tenido que recurrir a “disfrazarse de<br />
pescadores”: allí se les ve, a la entrada por<br />
lancha de Janitzio y otras islas, tirando sus<br />
redes de mariposa (tan bonitas y cinematográficas),<br />
esperando que los turistas les<br />
den dinero. Tampoco se les puede culpar:<br />
para ellos está emigrar a Estados Unidos,<br />
meterse al negocio del narco o colgarse del<br />
imaginario del México bucólico al que contribuyeron<br />
películas como Janitzio (dirigida<br />
por Carlos Navarro y protagonizada por un<br />
30 muyinteresante.com.mx<br />
<br />
joven ‘Indio’ Fernández, 1935); Maclovia<br />
(Fernández, 1948) y Redes (Zinnemann/<br />
Strand/Velázquez/Gómez Muriel, 1936),<br />
esta última una cinta tan ‘comunista’, por<br />
cierto, que los nazis quisieron destruir y<br />
sólo recién se encontró un original que fue<br />
restaurado en 2011 por la World Cinema<br />
Foundation de Martin Scorsese.<br />
Buen provecho<br />
Aquí parece que haberle ganado al ‘Poseidón’<br />
que traía el agua no fue tan buena idea:<br />
de apenas 11 metros de profundidad máxima,<br />
el Lago de Pátzcuaro agoniza con una<br />
<br />
severa crisis del ecosistema. Con gran culpa<br />
se puede degustar el famoso pescado blanco<br />
(kurucha urhapiti en lengua purépecha),<br />
especie endémica del lago y verdadera<br />
delicia gourmet que hoy está casi extinta.<br />
Algunos exageran y dicen que solía ser tan<br />
abundante que saltaba a los botes. Lo cierto<br />
es que este pez, clave para la salud del lago,<br />
muere cada año a cargo de lobinas, carpas<br />
y mojarras que fueron introducidas artificialmente<br />
porque a alguien se le<br />
hizo fácil llenar el lugar con peces<br />
exóticos y de rápido crecimiento.<br />
Lo que sí se puede comer sin miramientos<br />
son los deliciosos charales<br />
de agua dulce, que gorditos y rellenos<br />
se saborean capeados, en caldo, tostados<br />
al comal o como botana con chile en polvo<br />
o salsita picante y limón. Hay que caminar<br />
esos angostos callejones y buscar un guiso<br />
llamado ‘atapakuas’, para el que cada<br />
quien tiene una receta distinta pero que es<br />
en esencia un guiso con verduras, carne o<br />
pescado y espesado con masa de maíz. La<br />
sopa tarasca (frijol molido, tortilla, crema,<br />
queso y chile pasilla) se prepara en toda la<br />
región, pero en la isla de Janitzio tiene un<br />
sabor especial y vale la pena probarla.<br />
Por otro lado haríamos bien si antes de<br />
pisar el suelo de Janitzio ponemos la canción<br />
del mismo nombre compuesta por ‘el<br />
Flaco de Oro’ Agustín Lara, pues es pieza<br />
obligada en serenatas al pie de un balcón<br />
en esta región lacustre. Con ello quizá entendamos<br />
por otra vía los rituales de ésta<br />
y otras islas como Yunuén (una de las más<br />
hermosas), Urandén y La Pacanda. Es con<br />
esta melodía que se entienden también las<br />
artesanías de Janitzio, como las hermosas<br />
telas hiladas a mano (artefactos de otro<br />
tiempo, cuando la ropa no era desechable),<br />
juguetes, estatuillas talladas a mano en<br />
madera y adornos de bronce y cobre.<br />
Desgraciadamente, Janitzio vive un<br />
momento difícil que se reparte entre la<br />
constante lucha para que el lago no muera,<br />
la pesca que a veces mejora y otras no<br />
tanto, y el turismo que parece su única<br />
fuente de recursos constante.<br />
Con más conciencia ahora, los viajeros<br />
podemos visitar Janitzio con el asombro<br />
que enciende el lago durante el Día de<br />
Muertos, pero también con la responsabilidad<br />
de cuidar ese lugar que, alcanzando<br />
un punto crítico en el desastre ecológico y<br />
comercial, podría incluso desaparecer.<br />
FOTOS: GETTY IMAGES