Muy_Interesante_USA_2014-05
Muy interesante es una revista mensual de divulgación y ciencia popular, creada y publicada por el Grupo G+J España. Sus contenidos abarcan desde las ciencias biomédicas, la tecnología y la astrofísica; hasta la psicología, la prospectiva y la historia. La publicación se caracteriza por la variedad visual, fotográfica e infográfica, así como por un estilo periodístico y divulgativo accesible a cualquier lector. Sus lemas son "La revista para saber más de todo" y "Muy interesante: entretenimiento inteligente
Muy interesante es una revista mensual de divulgación y ciencia popular, creada y publicada por el Grupo G+J España.
Sus contenidos abarcan desde las ciencias biomédicas, la tecnología y la astrofísica; hasta la psicología, la prospectiva y la historia.
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El último viaje de la Mercedes<br />
<br />
Construida en el puerto de La Habana en 1786, la fragata Nuestra<br />
Señora de las Mercedes era uno de tantos navíos que surcaban<br />
el océano transportando oro, plata y otras mercancías<br />
desde las colonias americanas hasta España. En agosto de 1804<br />
comenzó la que sería su última travesía desde Montevideo con destino<br />
a Sevilla, pues la nave nunca llegaría a puerto. Ya en las inmediaciones<br />
de la costa española la fragata, capitaneada por el vasco<br />
José Manuel de Goicoa y Labart, fue atacada por una flotilla británica<br />
que violaba así el tratado de paz firmado por Inglaterra y España. La<br />
Mercedes se hundió con toda su carga en el transcurso de la llamada<br />
batalla del Cabo de Santa María.<br />
Doscientos cuarenta y nueve<br />
marinos perdieron la vida y los<br />
51 supervivientes cayeron en<br />
manos de los ingleses. Inglaterra<br />
había desatado así las hostilidades<br />
que un año después<br />
desembocarían en la célebre<br />
Batalla de Trafalgar. El hallazgo de los restos del buque en 2007 por<br />
la empresa Odyssey desató una nueva batalla, legal en este caso,<br />
entre la empresa cazatesoros y el gobierno español. Finalmente los<br />
tribunales dieron la razón a España. La sentencia marca un antes y un<br />
después en el esfuerzo de los Estados por preservar su patrimonio<br />
subacuático y protegerlo de eventuales expolios.<br />
FOTOS: MUSEO NAVAL; EFE/ ZUMA PRESS<br />
que las leyes de muchos países se blindan<br />
para evitar el despojo de su pasado hundido<br />
bajo el agua. El ‘caso Odyssey’, que concluyó<br />
con la devolución a España de los restos del<br />
Nuestra Señora de las Mercedes, ha sentado<br />
un precedente internacional en favor del<br />
escrupuloso respeto por los criterios de la<br />
UNESCO (incompatibles, decíamos, con la<br />
intervención sobre los pecios salvo en circunstancias<br />
excepcionales) y de la concientización<br />
sobre la importancia del patrimonio<br />
subacuático. Entre los países que se han<br />
mantenido más firmes en su lucha contra<br />
los cazatesoros, México ha sido de los más<br />
activos. Actualmente el Instituto Nacional<br />
de Antropología e Historia, con Pilar Luna,<br />
un referente mundial de la arqueología<br />
subacuática al frente, dirige la búsqueda del<br />
galeón Nuestra Señora del Juncal. Con una<br />
metodología que podría servir de modelo y<br />
referencia para muchos países, Luna ha encabezado<br />
una lucha feroz contra Odyssey,<br />
que durante largo tiempo intentó incorporar<br />
a México a su cartera de clientes.<br />
El azote de Odyssey<br />
Las actividades de Odyssey han levantado<br />
ampollas en muchos rincones del globo,<br />
pero los gobiernos no siempre han seguido<br />
una línea de actuación coherente cuando de<br />
llegar a acuerdos con empresas de este tipo<br />
se trata. Muchas veces ha sido la decidida<br />
acción de particulares comprometidos con<br />
la defensa del patrimonio, la que ha servido<br />
para concientizar a la opinión pública, y<br />
a las administraciones, sobre la magnitud<br />
real del problema. Pipe Sarmiento es un<br />
abogado maritimista, navegante aficionado,<br />
con mucho tiempo de lucha contra los<br />
cazatesoros. Durante años se enfrentó no<br />
sólo a los barcos que expoliaban impunemente<br />
las aguas de las costas españolas,<br />
sino también a la desidia institucional. A<br />
bordo de su velero ha seguido muy de cerca<br />
las actividades de Odyssey en el sur de España,<br />
y ha documentado cuidadosamente<br />
sus métodos y movimientos: “Nada de lo<br />
que hace Odyssey bajo las aguas es arqueología,<br />
y no lo es porque ni ellos ni otros<br />
pueden llevar a cabo verdaderos trabajos<br />
científicos a las enormes profundidades<br />
a las que operan sus robots. Su actividad<br />
consiste en extraer del fondo cuanto encuentran,<br />
destrozando las marcas y pistas<br />
que rodean los objetos de valor, que son los<br />
únicos que les interesan. En definitiva, ellos<br />
llaman tesoros a lo que nosotros llamamos<br />
patrimonio. Mienten, enredan y se amparan<br />
en grupos de presión para obtener permisos<br />
cuyas condiciones no cumplen jamás”.<br />
Años de lucha casi en solitario dieron sus<br />
frutos con la restitución a España de los restos<br />
del Nuestra Señora de las Mercedes en<br />
2009. Odyssey trató en esa ocasión de llegar<br />
a un acuerdo con el gobierno español hasta<br />
el último minuto, pero fue en balde. La batalla<br />
legal se decantó del lado de España, y eso<br />
pese a que la compañía estadounidense<br />
defendió (y aún hoy defiende) que los restos<br />
del Nuestra Señora de las Mercedes eran en<br />
<br />
verdad de un navío británico. “Creemos que<br />
los materiales recuperados del yacimiento<br />
subacuático seguirían desintegrándose en<br />
el fondo oceánico si no hubiéramos descubierto<br />
el pecio. Y, de hecho, sigue habiendo<br />
muchos objetos del naufragio que intentamos<br />
excavar. España conoce la localización<br />
de dichos objetos, pero no ha hecho ningún<br />
esfuerzo por recuperarlos.” Vuelve a surgir<br />
entonces la misma pregunta: ¿es realmente<br />
necesario o conveniente recuperarlos? “Con<br />
la tecnología actual –reflexiona Sarmiento–<br />
simplemente no se puede hacer arqueología<br />
a grandes profundidades, por lo<br />
que muchos pensamos que los pecios deben<br />
seguir donde están, no hay por qué sacarlos.<br />
Que sean las próximas generaciones<br />
las que lleguen hasta ellos para estudiarlos,<br />
cuando dicho propósito pueda conseguirse<br />
sin borrar y destrozar las pistas que los<br />
naufragios dejan para la posteridad”.<br />
Miles de barcos hundidos, con múltiples<br />
banderas, yacen en nuestros fondos marinos.<br />
Muchos de ellos contienen tesoros de<br />
valor incalculable: una tentación demasiado<br />
grande y, por suerte o por desgracia, cada<br />
vez más al alcance de la mano. Bajo el mar<br />
o en las vitrinas de un museo sólo hay una<br />
cosa segura: “¿Acaso alguien entendería<br />
–se pregunta Carlos León– que desmontáramos<br />
las catedrales góticas, los castillos<br />
medievales o las ciudades romanas y las<br />
vendiéramos por partes?”. El mar sumerge<br />
un legado de valor histórico incalculable.<br />
Defenderlo es una obligación de todos.<br />
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