Muy_Interesante_USA_2014-05
Muy interesante es una revista mensual de divulgación y ciencia popular, creada y publicada por el Grupo G+J España. Sus contenidos abarcan desde las ciencias biomédicas, la tecnología y la astrofísica; hasta la psicología, la prospectiva y la historia. La publicación se caracteriza por la variedad visual, fotográfica e infográfica, así como por un estilo periodístico y divulgativo accesible a cualquier lector. Sus lemas son "La revista para saber más de todo" y "Muy interesante: entretenimiento inteligente
Muy interesante es una revista mensual de divulgación y ciencia popular, creada y publicada por el Grupo G+J España.
Sus contenidos abarcan desde las ciencias biomédicas, la tecnología y la astrofísica; hasta la psicología, la prospectiva y la historia.
La publicación se caracteriza por la variedad visual, fotográfica e infográfica, así como por un estilo periodístico y divulgativo accesible a cualquier lector. Sus lemas son "La revista para saber más de todo" y "Muy interesante: entretenimiento inteligente
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FOTOS: GETTY IMAGES; EFE/ ZUMA PRESS<br />
El genio que no estuvo<br />
<br />
Durante la puesta en marcha del Proyecto<br />
Manhattan, nombre clave del gobierno<br />
de Estados Unidos para la planeación<br />
y construcción de la primera bomba atómica de<br />
la historia, surgieron algunos problemas que<br />
los científicos debieron sortear. En una de las<br />
etapas más difíciles el director, Robert Oppenheimer,<br />
admitió que un problema por resolver<br />
superaba sus capacidades. Al escuchar esto,<br />
el eminente físico italiano Enrico Fermi –quien<br />
desarrolló el primer reactor nuclear de la historia<br />
y fue Premio Nobel de Física–, sintiéndose ETTORE MAJORANA<br />
también abatido, comentó “si tan sólo Ettore<br />
estuviera aquí”. Entonces el general Leslie Groves, director general del<br />
proyecto, preguntó quién era la persona a la que se referían, y Fermi le<br />
comentó que se trataba de Ettore Majorana, uno de sus discípulos más<br />
destacados en el área de la física teórica. Groves preguntó dónde se le<br />
podía localizar, para traerlo a trabajar con ellos. Fermi contestó: “desafortunadamente<br />
desapareció hace muchos años”.<br />
Ettore Majorana, nacido en 1906 en Sicilia, Italia, en el seno de una<br />
familia acomodada, demostró desde niño interés por las matemáticas;<br />
contaban que a los seis años podía realizar multiplicaciones de tres dígitos<br />
y raíces cuadradas de memoria. En 1928 ingresó a la Universidad<br />
de Roma para estudiar con Enrico Fermi, quien lo consideró uno de los<br />
pocos en el mundo que dominaba por completo el campo de la física<br />
teórica, especializado en mecánica cuántica y radiación. Eventualmente<br />
Ettore recibió una beca para estudiar con el físico alemán Werner<br />
Heisenberg en 1933, pero durante aquella estancia algo cambió en su<br />
comportamiento. De naturaleza tímida, había escrito ocho ensayos<br />
científicos relativamente breves pero suficientes para darle un nuevo<br />
giro al estudio de la física nuclear, anticipándose a su época; luego<br />
abruptamente dejó de publicar sus investigaciones, regresó a Italia<br />
y empezó a interesarse en filosofía, economía y política. En enero de<br />
1938 comenzó a impartir la cátedra más importante de física teórica en<br />
su país, pero era tan avanzado que muy pocos se atrevieron a tomar<br />
clases con él. Siempre apoyado por su mentor, Fermi, éste llegó a decir<br />
de él: “Verán, en el mundo hay varias categorías de científicos: gente<br />
de segundo o tercer lugar, que hacen su mejor esfuerzo pero no llegan<br />
muy lejos. Están aquellos que llegan muy alto, cuyos descubrimientos<br />
son de gran importancia, fundamentales para el desarrollo de la ciencia<br />
[Fermi se consideraba a sí mismo dentro de esta categoría]. Pero entonces<br />
están los genios, como Galileo y Newton. Pues Ettore está entre<br />
éstos. Majorana tiene lo que nadie más tiene en el mundo”.<br />
En marzo de 1938 retiró todo su dinero del<br />
banco, una considerable cantidad, y envió una<br />
carta al profesor Antonio Carelli, director del<br />
Instituto de Física de la Universidad de Nápoles:<br />
“He tomado una decisión inevitable. Sé que<br />
mi inesperada desaparición puede producirle<br />
algunos inconvenientes a usted y a los estudiantes.<br />
Le pido perdón, sobre todo por la<br />
confianza, sincera amistad y generosidad que<br />
me demostró”. Pero, en un giro inesperado,<br />
antes de que el profesor recibiera la carta le<br />
llegó un telegrama urgente firmado por el propio<br />
Majorana, quien le pedía ignorar la misiva:<br />
“Querido Carelli, el mar me rechazó sin remedio.<br />
Regresaré mañana al hotel Roma [en Nápoles, donde vivía]. Pero me<br />
he propuesto dejar la enseñanza. Estaré a su disposición para darle más<br />
detalles”. Preocupado, Carelli avisó a la familia Majorana, que envió a<br />
Lucio, hermano de Ettore, a buscarlo. Hasta donde se sabe, el 26 de marzo<br />
Ettore se embarcó con rumbo a Palermo, la capital de Sicilia, donde<br />
compartió camarote con el profesor Michele Strazzeri, de la Universidad<br />
de Palermo. En la ciudad sólo permaneció medio día y regresó al buque<br />
donde había viajado. Desde entonces nunca más se le volvió a ver. En la<br />
habitación del hotel donde residía en Nápoles, se halló una carta dirigida<br />
a su familia: “Sólo tengo un deseo: no vistan de negro por mí. Si lo quieren,<br />
o si deben cumplir con las convenciones sociales, úsenlo solamente<br />
por tres días y nada más. Después sólo permaneceré en sus recuerdos;<br />
pero, si son capaces de hacerlo, por favor, olvídenme”.<br />
Desde entonces, aunque la teoría común apunta a que saltó desde el<br />
barco hacia las aguas del Mediterráneo, hay quienes aseguran haberlo<br />
visto en otras partes del mundo: un profesor de física señaló haber visto<br />
en Buenos Aires, Argentina, a alguien con sus características; otros, que se<br />
había vuelto un pordiosero, quien deambulaba en los alrededores de las<br />
universidades para ayudar a los estudiantes con sus problemas de matemáticas;<br />
en su familia se decía que se había recluido en un monasterio tras<br />
una crisis espiritual. Una sospecha es que Ettore veía con horror el auge de<br />
los regímenes fascistas,y por ello decidió huir para no participar en el desarrollo<br />
de las armas atómicas; probablemente habría sido asesinado por<br />
espías alemanes, quizá por no haber participado en el programa nuclear<br />
nazi mientras trabajó con Heisenberg. En 2006 la revista Electronic Journal<br />
of Theoretical Physics estableció un premio en su memoria, la Medalla<br />
Majorana, presea anual “para los investigadores que muestren gran creatividad,<br />
sentido crítico y rigor matemático en física teórica.” Luego de tanta<br />
especulación, Fermi simplemente diría: “Ettore era demasiado inteligente.<br />
Si decidió desaparecer, nadie podrá encontrarlo”.<br />
No obstante, en esta época ya poco se<br />
habla de lugares que antes eran famosas,<br />
como el ‘Triángulo de las Bermudas’,<br />
donde supuestamente desaparecían<br />
aeronaves y barcos junto con sus tripulaciones;<br />
se ha demostrado que el número<br />
de accidentes ocurridos ahí no es<br />
mayor al promedio en otras partes del<br />
mundo, y muchos de los casos han sido<br />
resueltos. La popularidad de este mito<br />
disminuyó desde mediados de los años<br />
80 y comienzos de los 90, pues aunque<br />
hay charlatanes e ingenuos que intentan<br />
perpeturar la leyenda, los modernos<br />
métodos de investigación y tecnología<br />
submarina y climática, así como las<br />
estadísticas y la experiencia misma,<br />
indican que por todo el mundo muchos<br />
medios de transporte, debido al clima o<br />
el deficiente mantenimiento mecánico,<br />
<br />
o los errores humanos, suelen tener problemas<br />
que terminan en tragedia. Pocos<br />
son los casos que aún esperan una explicación,<br />
aunque no por ello signifique<br />
que ésta deba ser paranormal.<br />
“Voy por cigarros”<br />
El 23 de enero de 1995 la periodista japonesa<br />
Midori Tsukagoshi visitó al<br />
músico inglés Richey Edwards en su<br />
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