Greenhalgh, Wendy Ann - La meditación y el arte de dibujar
La meditación y el arte de dibujar
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M<br />
DIBUJAR EN LA NATURALEZA<br />
Cuando me voy a un retiro <strong>de</strong> <strong>meditación</strong> me gusta escoger sitios salvajes;<br />
la presencia <strong>de</strong> la naturaleza me ayuda a sentirme menos distraída y más<br />
presente conmigo misma. Los lugares remotos ofrecen un contraste po<strong>de</strong>roso<br />
con mi vida urbana cotidiana, y me recuerdan la presencia quieta y alerta <strong>de</strong><br />
la tierra.<br />
ientras escribo esto me acuerdo <strong>de</strong> un verso <strong>de</strong> un poema d<strong>el</strong> irlandés<br />
Derek Mahon titulado «The Mayo Tao». «<strong>La</strong> montaña sigue <strong>el</strong> ritmo <strong>de</strong><br />
mis pasos en <strong>el</strong> silencio iluminado por la nieve» 5 , dice, <strong>de</strong>scribiendo un paseo<br />
hasta la tienda que hay a cuatro millas. Me encanta esta i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> que la montaña<br />
lleve <strong>el</strong> paso con él. Describe a la perfección la sensación <strong>de</strong> compañía que<br />
encuentro yo en la presencia <strong>de</strong> la naturaleza, y toca también uno <strong>de</strong> los<br />
aspectos clave <strong>de</strong> esta r<strong>el</strong>ación <strong>de</strong> atención plena: que es silenciosa, sin<br />
palabras.<br />
Encaminarse a lo salvaje<br />
Mi último retiro fue en las Highlands escocesas. Viajé <strong>de</strong>s<strong>de</strong> mi casa en la<br />
costa sur <strong>de</strong> Inglaterra. Primero tomé un tren. Luego tomé otro tren. Y luego<br />
otro más. Y luego un autobús. Y otro. Y luego, por fin, once horas más tar<strong>de</strong>,<br />
me monté en un microbús local que iba ascendiendo por caminos campestres<br />
cada vez más estrechos, con montañas que se <strong>el</strong>evaban a ambos lados. Un<br />
manto <strong>de</strong> bosque ver<strong>de</strong> oscuro, como un plumaje, cubría los valles y las<br />
orillas <strong>de</strong> los lagos.<br />
<strong>La</strong> naturaleza empezó enseguida a ejercer su hechizo. Poco a poco, la charla<br />
excitada d<strong>el</strong> «hola, ¿qué tal?» que compartimos los participantes d<strong>el</strong> retiro al<br />
llegar se fue <strong>de</strong>svaneciendo mientras mirábamos por la ventana. De manera<br />
gradual también, las barritas <strong>de</strong> conectividad <strong>de</strong> nuestros t<strong>el</strong>éfonos fueron<br />
bajando hasta per<strong>de</strong>r la cobertura d<strong>el</strong> todo. Al llegar al centro <strong>de</strong> retiro, <strong>de</strong> pie<br />
sobre la hierba, contemplamos <strong>el</strong> lago quieto y oscuro al fondo, y la joroba <strong>de</strong><br />
la montaña. Al día siguiente estaba más que dispuesta a entrar en <strong>el</strong> silencio